Julio Cabal, un pibe querido que amaba la música, la bici y sus amigos

Esta es la historia de una nueva víctima de la inseguridad que azota a la ciudad de Santa Fe.

Esta vez, le tocó a Julio Cabal. Pero pudo ser cualquier otro en una ciudad donde las últimas semanas muestran una situación fuera de control en materia de seguridad.

A los 29 años, su vida acabó de manera drástica, cuando un ladrón ingresó al negocio de la familia de Julio para robar. Forcejearon, el delincuente disparó en varias oportunidades, hasta que una bala impactó en el corazón de este pibe que amaba la música, sus amigos y la bicicleta.

El papá de Julio se enfrentó al mayor de los dolores posibles. Fue él quien auxilió a su hijo, lo llevó hasta el hospital Cullen y escuchó junto a su esposa la noticia jamás deseada. Su hijo acababa de morir.

A Julio le gustaba la música. Tocaba la guitarra. Amaba el rock and roll. De hecho, en su Facebook abundan las fotos junto a la banda que lo acompañaba.

También aseguran sus amigos que Julio y su bicicleta eran casi inseparables. Se los veía juntos, todo el tiempo, en cualquier rincón de la ciudad.

De chico jugaba al rugby en el CRAI. Julio estudió en la Colegio Inmaculada de Santa Fe y decidió seguir la carrera de Psicología en la Universidad Católica de Santa Fe. Logró recibirse de psicólogo, pero desde siempre colaboró con los negocios de su familia, donde finalmente una bala acabó con su vida.

 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

Con profundo dolor lamentamos la muerte de Julio Cabal (h) quien fuera jugador y árbitro de nuestro club. Saludamos y expresemos nuestras más sentidas condolencias a su familia por esta perdida irreparable. #QEPD

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"Era un laburante. Un buen tipo. Amaba la música y soñaba con que todo fuera mejor", dijo un conocido de este joven.

Santiago Rico vive en Santa Fe y es uno de tantos amigos de Julio. En su Facebook, publicó unas palabras que resumen el sentimiento de muchos:

"No lo puedo creer.

Amigo, ¿Qué te hicieron? ¿Por qué a vos? Esto no es más que otro reflejo de la sociedad enferma en la que vivimos, pero no me interesa hablar de eso, porque eso no nos va a devolver tu presencia, tu amistad, tu energía.

Fuiste mi primer "amiguito de la escuela" y llegamos hasta el final siendo incondicionales. Fuiste compañero de rugby, profe de guitarra, compañero de inglés, fuiste el amigo gamba, siempre. FUISTE Y SIEMPRE SERÁS UN HERMANO.

¿Y ahora? ¿Cuándo tomamos esa birra que nos quedó pendiente? ¿Cuándo nos ponemos al día con las mil anécdotas que nos contamos cada vez que la vida nos cruzaba?

Chala querido, me duele muchísimo tu partida. Me duele muchísimo que haya sido así y aún más me duele no poder estar para despedirte.

Donde estés, sólo puedo decirte GRACIAS. Gracias por las miles de mañanas, tardes y noches donde lo único que hicimos fue divertirnos a lo grande, como a vos más te gustaba. Te quiero mucho hermano, se te va a extrañar un montón.

Yo mientras tanto, sigo esperando que alguien me diga que todo esto es mentira".