Escuelas de Trabajo: unos 8500 jóvenes se capacitaron en los últimos 4 años
Lo informó la secretaria de Desarrollo Social del Gobierno de la Ciudad, Cecilia Battistutti en un acto donde se entregaron certificados de los cursos de formación laboral durante este año.
En el Nido de Barranquitas (Iturraspe y Estrada) funcionarios del Gobierno de la Ciudad entregaron certificados a jóvenes que culminaron los cursos de formación laboral, durante el transcurso del segundo semestre de 2019. Se trata de la finalización de 11 instancias de capacitación dictadas en los distintos espacios de las Escuelas de Trabajo pertenecientes a la zona sur, oeste y centro de la ciudad.
En esta ocasión se entregarán certificados correspondientes al Curso de Introducción al Trabajo (CIT) y al Curso de Apoyo a la Empleabilidad e Integración Social. Además, los correspondientes a diversos Cursos de Formación en Oficios en las temáticas: Confección de Ropa de Trabajo, Auxiliar Electricista, Marketing Digital, Marroquinería, Estética Femenina y Masculina, Empleados de Comercio, entre otros.
La funcionaria recordó: “El programa Escuela de Trabajo nació en 2016 como una propuesta de campaña de la segunda gestión de José y está destinado a jóvenes en situación de vulnerabilidad”.
En esta línea, detalló que “más de 8.500 jóvenes pasaron por este programa de Escuelas de Trabajo, en estos cuatro años. Más de 90 empresas empezaron a trabajar con nosotros en la intermediación e inserción laboral; y más de 6.000 jóvenes iniciaron el curso de formación laboral. En algunos casos hicieron uno y en otros dos. Y hoy les estamos haciendo la entrega de certificados a un importante grupo”.
La funcionaria contó que la semana pasada hicieron un acto similar pero para los jóvenes que concurrieron al CIC de Facundo Zuviría, al Nido de Coronel Dorrego, al de Las Flores y de San Agustín. “Ahora estamos entregando los certificados a 237 jóvenes que terminaron sus cursos de formación laboral en la Escuela de Trabajo de Barranquitas, de San Lorenzo y de aquellos que se acercan a la oficina central que muchas veces provienen de Alto verde o de la zona de la costa”, agregó Battistutti.
Balance positivo
Antes de finalizar, contó por qué el Gobierno de la Ciudad llevó a cabo este programa. “Cuando lo creamos sabíamos que había una necesidad por parte de toda la ciudadanía en generar oportunidades para los jóvenes. Y tuvimos el acompañamiento y la recepción por parte de los jóvenes. Es una política pública que fundamentalmente los acompaña, los escucha, los motiva, e indaga sobre sus intereses”, describió la secretaria de Desarrollo Social.
En la misma línea, manifestó: “Es una política pública muy flexible porque permite que los orientadores puedan ir mutando ese vínculo con los jóvenes, también teniendo en cuenta cuáles son las realidades o las problemáticas que los atraviesan. Por todo esto estamos muy satisfechos y contentos y vamos a pelear desde los lugares que nos toque ocupar para que esta política pública siga creciendo y continúe siendo una verdadera oportunidad para los jóvenes de la ciudad”.
Experiencias
Karen Mendoza es una de las jóvenes que finalizó este curso y contó detalles de su experiencia: “Mi experiencia en la Escuela de Trabajo ha sido muy linda. Cuando iba a la secundaria estaban repartiendo folletos y me interesó un curso que era para expresarte, y entonces vine a informarme. Había una coordinadora muy amable que me recibió y ahí me contó cuando podría empezar y me dieron los horarios”.
Luego contó: “Al principio estaba medio nerviosa porque no estaba acostumbrada a conocer gente nueva, pero cuando empecé el curso fue lindo porque era distinto a lo que estaba acostumbrada. Entonces empecé a interesarme por otros talleres, como el de marroquinería que fue muy bello y tuve un muy buen profesor. Estos cursos ayudan mucho porque, como este de marroquinería, tienen mucha salida laboral”.
Tomás Aguilera es otro joven que también recibió su certificado: “Me enteré por un amigo que venía acá y me avisó que en el barrio había una Escuela de Trabajo. Vine con mi abuela y la conocí a Natalia. Mi abuelo trabaja en una panadería y yo lo ayudo pero no hacía nada. Entonces me invitó a hacer este curso, vine y conocí chicos muy buenos. Yo andaba en la calle, y cuando vine acá, salí de la calle y me gustó mucho. Aprendimos bastantes cosas junto con otros chicos. Ahora estoy terminando de estudiar".