¿Por qué Greta Thunberg usa siempre las mismas zapatillas azules?

Además de no viajar en aviones, la activista sueca tiene otro hábito que llamó la atención de la población mundial

La activista sueca contra la crisis climática Greta Thunberg, de 16 años, revolucionó al mundo en menos de un año cuando un día en su escuela del país nórdico se apareció con un cartel y una mochila para reclamar una huelga escolar por el clima.

Desde 2018 en adelante, se convirtió en un ejemplo para millones de jóvenes y cumple una estricta cantidad de normas con las que busca influir al resto de la población.

La que se conocía hasta el momento era que la adolescente no utilizaba aviones por la cantidad de combustible y el daño que hacen al ecosistema y es por eso que para realizar viajes extensos se moviliza en barco o trenes de baja emisión. Así llegó a la COP25 en Madrid, luego de 20 días de un viaje en un barco pesquero.

Ahora, otro hábito de Greta llamó especialmente la atención. Es que la chica que fue nombrada personaje del año 2019 por la revista Time, utiliza siempre las mismas zapatillas de velcro azul y una o dos camperas. Además de que la moda no está entre sus prioridades, también busca influir en ese aspecto. Para Greta la industria textil es una de las que más contamina y por eso sólo utiliza ropa usada y espera que el resto haga lo mismo, siempre con el ejemplo.

Según Naciones Unidas, cerca del 10% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero vienen de parte de la industria de la moda. Además, el 20% del desperdicio total de agua a nivel mundial proviene de la ropa. Se utilizan unos 93 millones de metros cúbicos de agua al año, suficientes para abastecer las necesidades de cinco millones de personas. Solo para hacer una remera de algodón se utilizan 2700 litros de agua.

¿Y las zapatillas? La industria del calzado es una de las que más aporta. Los responsables del proyecto europeo Life+CO2Shoe “Huella de carbono de calzado”, midieron las emisiones de la industria del calzado a lo largo de todo el proceso.

El 58% de las emisiones se producen durante la fabricación de los componentes del calzado. El 11%, en el montaje y el acabado, el 16% en el envasado, un 6% en la distribución y apenas el 9% ocurre en la vida final del producto, al ser descartado.

Si se tiene en cuenta que el promedio de uso de una prenda en los países ricos es de siete veces antes de ser abandonado, no es menor el aporte que puede hacer alguien que decide pasar más de un año con las mismas zapatillas, sin comprar otras.

Al mantener nuestra ropa en uso por nueve meses más, reducimos un 20% su huella de carbono, residuos, un 30% el consumo de agua según una medición que hizo el Waste & Resources Action Programme, una organización británica que recibe financiamiento de la Unión Europea para impulsar la economía circular.