Los vecinos del edificio ubicado en San Martín al 1800, en pleno centro de la ciudad, viven un verdadero calvario desde hace cuatro meses, gracias a la presencia de un par de inquilinos iracundos que están causando estragos en el lugar. 

Se trata de una mujer y su hijo de entre 30 y 40 años que alquilan un departamento en el noveno piso del edificio, y aterrorizan a todos por igual: no sólo a quienes viven allí, sino también a comerciantes de la zona y transeúntes. 

Cada día, los vecinos enfrentan un drama distinto: estas dos personas gritan dentro y fuera de su domicilio, insultan a los otros habitantes de forma desmedida, golpean y rompen puertas de los departamentos e inclusive la de ingreso, tiran litros de lavandina en los espacios comunes, y hasta patean los autos estacionados en la vereda. "Acá se mata de a poco", escribieron a modo de amenaza en el espejo del ascensor.

En diálogo con el móvil de LT10, un vecino contó que "viven gritando, pateando las puertas y rompiendo todo" y que la denuncia policial se realizó en reiteradas ocasiones. El problema es que cuando el personal policial llega al lugar no puede hacer nada por no contar con una orden de allanamiento para actuar. 

"El otro día el chico se quejaba de que desde el noveno piso escuchaba un grillo en planta baja", comentó uno de los testigos. 

Si bien son constantes las reuniones de consorcio en las que participan los dueños del departamento alquilado, ellos alegan que no saben qué más hacer al respecto de los inquilinos. Mientras tanto, madre e hijo atemorizan sin parar a los vecinos que buscan en la difusión mediática una solución alternativa al martirio que sufren desde hace meses. 

Audio: El móvil de Luis Amsler con vecinos