Colón avivó sus ilusiones de pelear por mantener la categoría atendiendo a domicilio a Rosario Central por 3-1. Un resultado que le permitió salir de la zona de descenso –beneficiado por la caída de Central Córdoba– y echar por tierra con varias rachas adversas: hacía 10 que no gana y 24 que no sumaba de a tres fuera de Santa Fe. 

Sin dudas, registros que pusieron y tienen en jaque la condición en Primera. Por más que duela, una campaña del descenso. Lo que sorprendía era la falta de respuestas, ya que los que están en la misma condición algo de rebeldía presentaron, más que nada Gimnasia (LP) y Patronato. El Sabalero era el único que padecía las circunstancias.

Con el arribo de Diego Osella se pensaba que eso podía recuperarse, pero lejos estuvo de ser así, ya que apenas se sumaron dos puntos y apenas marcó un gol (Wilson Morelo a Racing). Lapidario desde todo punto de vista. Pero en una de las cosas que tiene el fútbol, la llegada de Eduardo Domínguez para su segundo ciclo algo generó y el Sabalero volvió a ganar.

Por si fuera poco, con tres goles. Lo que quizás pocos notaron es que hizo en un primer tiempo más que en todo 2020. ¿Falta de vocación ofensiva antes? Una pregunta que aflora inmediatamente. Osella de por sí no se caracteriza por ser un DT ofensivo, pero Domínguez no dista mucho y sin embargo, Colón atacó y le agregó sobre todo contundencia.

Habrá que ver si esto sirve de punto de partida en pos de aferrarse a la elite nacional. La lucha todavía está latente y este grupo no se quiere dar por vencido. Tampoco la gente.