Graciela Alfano y el "flechazo" con su vecino en plena cuarentena
“Esto podría ser una película y llamarse la cuarentena del amor", expresó la actriz.
Graciela Alfano conoció a quien puede ser su nueva pareja gracias a su perro, Berni, quien comenzó a ladrar en el balcón de su departamento.
La actriz salió y allí conoció a su amor platónico que podría convertirse en una pareja estable. “Esto podría ser una película y llamarse la cuarentena del amor. Estaba en chancletas como cualquier señora, porque de diva trabajo. Pero cuando estoy en casa me visto como cualquiera”, contó la rubia ayer en el programa "Hay que ver" del Nueve.
Y añadió: “Yo salí enchancletada, horrible y de repente encontré un señor flaco, alto, canoso, impecable, pantalón blanco, camisa celeste...Dije: ‘¡Tierra tragame!’. Y me fui para atrás de inmediato. Entré al baño, busqué los maquillajes que por la cuarentena estaba tirados en cualquier lado y me maquillé rápido. Salí de nuevo haciéndome la diosa, Ahí sí medio lo beboteé y le dije: ‘Hola, disculpame pero mi perro no es mala onda’. Y empezamos a hablar”.
“Le pregunté si tenía familia. Mirá si estaba la mujer ahí adentro y me saca de un cascotazo. ¡O querían hacer un trío! Me dijo que estaba solo. Yo me quise hacer la canchera y le ofrecí que si necesitaba algo rico yo se lo preparaba y se lo pasaba por el balcón. Pero soy un mamarracho con la cocina. Debo ser la única que adelgazó en la cuarentena, porque no sé cocinar nada. No sé condimentar y me queda todo mal”, continuó su relato en la entrevista que brindó vía Skype.
La señal de encuentro de ambos la brinda el perro de Graciela: “Yo espero que mi perrito empiece a ladrar: ahí me doy cuenta que está él y salgo. Igual, ya nos pasamos los contactos de WhatsApp y hacemos videoconferencias. Por supuesto acondiciono mi habitación con todos los almohadones más lindos que tengo y me pongo el deshabillé sensual que nunca usé”.
Y finalizó: “Lo interesante de esto es que nos mantiene con ganas y encontramos un objetivo para pasar mejor la cuarentena. Cuando esto termine me gustaría que me invite a comer afuera. Ahí ves lo que el tipo quiere gastar, cómo te trata y esas cosas. Ves si es divertido, creativo. Y si de pronto ves que no era lo que pensabas, podés huir de inmediato”.