La cuarentena por el coronavirus mejora la calidad del aire
Los esfuerzos para controlar la pandemia han reducido la actividad económica y conducido a mejoras localizadas en la calidad del aire. Sin embargo, falta mucho.
La Organización Meteorológica Mundial (OMM) advirtió que la reducción de las emisiones como resultado de la crisis económica provocada por el coronavirus, no son sustituto de acciones contra el cambio climático.
Los esfuerzos para controlar la pandemia de coronavirus han reducido la actividad económica y conducido a mejoras localizadas en la calidad del aire.
“Pero es demasiado pronto para evaluar las implicaciones para las concentraciones de gases de efecto invernadero que son responsables del cambio climático a largo plazo. Los niveles de dióxido de carbono en las estaciones de observación clave han sido, hasta ahora, más altos que el año pasado”, aclaró en un comunicado esta Organización.
Para su director, es irresponsable minimizar los enormes desafíos de la salud y la pérdida de vidas que causa el COVID-19 a pesar de las reducciones locales de contaminación y la mejora en la calidad del aire.
"Sin embargo, ahora es el momento de considerar cómo usar los paquetes de estímulo económico para apoyar un cambio a largo plazo hacia prácticas comerciales y personales más amigables con el medio ambiente y el clima", aseguró Petteri Talas.
Añadió que la experiencia pasada sugiere que la disminución de las emisiones durante las crisis económicas es seguida por un rápido aumento y que es necesario cambiar esa trayectoria.
"El mundo necesita demostrar la misma unidad y compromiso con la acción climática y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero que contener la pandemia de coronavirus. El fracaso en la mitigación del cambio climático podría conducir a mayores pérdidas tanto de vidas como económicas durante las próximas décadas", dijo.
El sistema de vigilancia atmosférica mundial de la OMM Global Atmosphere Watch coordina la observación a largo plazo de las concentraciones de gases de efecto invernadero a escala planetaria
Las emisiones representan lo que pasa a la atmósfera, mientras que las concentraciones representan lo que queda en la atmósfera después del complejo sistema de interacciones entre la atmósfera, la biosfera, la litosfera, la criosfera y los océanos.
El dióxido de carbono permanece en la atmósfera y los océanos durante siglos. Esto significa que el mundo está comprometido con el cambio climático continuo, independientemente de cualquier caída temporal en las emisiones debido a la epidemia de coronavirus, asegura la Organización Metereológica Mundial.
El promedio mensual de febrero de CO2 atmosférico en el observatorio Mauna Loa en Hawai fue de 414.11 partes por millón, en comparación con 411.75 ppm en febrero de 2019, según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos. Mauna Loa es la estación de observación continua más grande del mundo y una estación de referencia del sistema de monitoreo de la atmósfera de la OMM
En otra estación de referencia, Cape Grim en Tasmania, los niveles promedio de CO2 fueron de 408.3 ppm en febrero, en comparación con 405.66 ppm en febrero de 2019..
Alrededor de una cuarta parte de las emisiones totales es absorbida por los océanos. Otro cuarto es absorbido por la biosfera terrestre, incluidos los bosques y la vegetación que actúan como "sumideros" de carbono. Naturalmente, la biosfera terrestre absorbe una cantidad similar de CO2 que libera durante el año en un ciclo estacional. Por lo tanto, los niveles globales promedio de CO2 generalmente aumentan hasta abril y mayo.
Pese a esto, es demasiado pronto para sacar conclusiones firmes sobre la importancia de esta desaceleración económica en las concentraciones atmosféricas de gases de efecto invernadero.