De acuerdo a los resultados arrojados por un informe del Programa Nacional de Leishmaniasis, la ciudad de Santa Fe obtuvo índice “0” de la mencionada enfermedad, por lo que no se detectó la presencia de lutzomyia, insecto vector de leishmaniasis.

Cabe aclarar que la lutzomyia es un género de jejenes, o mosquitos flebótomos. Son insectos hematófagos nocturnos con metamorfosis completa. Esta especie es responsable de la transmisión de la leishmaniasis y otras serias enfermedades parasitarias.
La leishmaniasis es una enfermedad zoonótica causada por diferentes especies de protozoos del género leishmania. Las manifestaciones clínicas de la enfermedad, van desde úlceras cutáneas que cicatrizan espontáneamente hasta formas fatales en las cuales se presenta inflamación severa del hígado y del bazo. De acuerdo a lo informado, la enfermedad afecta tanto a perros como a humanos.

Para el desarrollo de los mencionados análisis, durante el pasado mes de febrero, personal de la Subsecretaría de Salud del Gobierno de la ciudad realizó la logística orientada a la búsqueda de lutzomyia en diferentes lugares de la capital provincial. Para ello, se procedió a la colocación de trampas, que fueron instaladas al anochecer y retiradas a la mañana siguiente. Las acciones fueron coordinadas con la Dirección de Zoonosis de la Provincia y las muestras fueron enviadas al Programa Nacional de Leishmaniasis.
En la ciudad de Santa Fe se colocaron 12 trampas que operaron toda la noche con el fin de determinar la presencia del vector de leishmaniasis visceral “Lutzomyia longipalpis”. Los sitios representaron los lugares más probables para el hallazgo del insecto los cuales fueron seleccionados, previamente, según criterio de “peor escenario”. Fue el caso de lugares donde se presentaban fuentes de alimentos donde conviven gallinas, cerdos y perros.
Las tareas se desarrollaron además en las localidades de Las Toscas, Reconquista y Rosario. Al igual que en Santa Fe, en ninguno de estos lugares se detectó al vector de la enfermedad.

Para el muestreo, cada localidad se divide en distintos sectores de igual tamaño teniendo en cuenta la población de habitantes. Por ejemplo, una ciudad de hasta 100.000 habitantes se divide en 10 sectores; entre 100.000 y 400.000 habitantes, 20 sectores; y para ciudades mayores a 400.000 pobladores, 30 sectores.
En cada sector se debe localizar el “peor escenario”: la vivienda con más gallinas y/o cerdos, o en su defecto, perros que duerman en algún sitio fijo en el patio, entre otros factores.
Durante el proceso, se debe advertir a los jefes de hogar anticipando el trabajo de la colocación de las trampas al atardecer, que son retiradas al amanecer, en lugares donde duermen los animales, sin que esto signifique ningún daño para ellos o para los animales.
Según se aclaró, en la noche deben registrarse temperaturas superiores a los 20 grados, sin viento ni lluvia, y que la definición de “peor escenario” no implica el peor lugar de vulnerabilidad social, ni de riesgo de dengue o riesgo ambiental sino hay animales presentes.

Cabe aclarar que el muestreo solo indica presencia o ausencia de vectores en la ciudad, no abundancias relativas dentro de la misma. Para conocer acerca de este último punto se debe repetir la operación seleccionando viviendas dentro del sector en cuestión.