La misión casi imposible de retener a Walter Bou para Unión
Es uno de los jugadores a preservar después del 30 de junio, pero desde lo económico es muy complicado y, por si fuera poco, Miguel Russo podría tenerlo en cuenta en Boca
En tiempos de cuarentena por la pandemia del coronavirus y con el fútbol parado hasta nuevo aviso, algunos clubes comenzaron a tomar temas a futuro. Algunas cosas son muy complicadas de contemplar atendiendo a la crisis económica galopante que sacude al país.
Los clubes no son la excepción y menos Unión, que debió llegar a un acuerdo para el pago de los salarios de los jugadores, hoy que está en el ojo de la tormenta a nivel nacional. Mucho más con la decisión de quitar los descensos, algo que los futbolistas entienden que atenta con la fuente y oportunidades laborales.
Lo bueno del caso es que el Tate se ahorró unos buenos mangos al no contratar al nuevo DT, algo de lo que se viene hablando desde antes del aislamiento. Encontrar al reemplazante de Leonardo Madelón no es sencillo y por eso la dirigencia no tiene apuro en la designación. Mucho menos ahora con este escenario.
Pero también hay otros temas para abordar, que son los jugadores que finalizan contrato el 30 de junio. Como viene la mano, es muy factible que algunos ya vayan pensando en despedirse de Santa Fe y hay otros por quienes habría intensiones que sigan.
Uno de los casos es el del Walter Bou, que terminó haciendo goles. Sin embargo, no es algo para nada sencillo, ya que lo económico es el gran escollo. Unión solo podría acceder a un nuevo préstamo. El jugador está cómodo y es titular, aunque todo dependerá también de quién sea el nuevo conductor.
Aunque acá también entra a tallara el técnico de Boca, Miguel Russo, que ya está armando su equipo y quizás piensa en contar con el atacante. Ante esto, Unión no podría hacer nada, porque el Xeneize es el dueño del pase. Todavía falta para rendir a cuentas al respecto, pero asoma como una situación que atenta con la ilusión rojiblanca de intentar mantener al oriundo de Concordia.
En pocas palabras, acá la pelota la tiene Boca. ¿Qué hará?