Israel dio hoy un paso más hacia la normalización de sus actividades en medio de la pandemia de coronavirus con el alivio de restricciones que implementa desde hace tres semanas y reabrió centros comerciales, mercados y gimnasios, al tiempo que flexibilizó las prohibiciones respecto de la circulación.

Pese a que los centros comerciales abrieron, los restaurantes aún no tienen permitido recibir clientes y solo venden comida para llevar, informó la agencia de noticias EFE.

Las salas de cine se mantendrán cerradas hasta nuevo aviso.

En la planta principal de un centro comercial no hay más de veinticinco o treinta clientes, menos del número de empleados de los pocos locales abiertos.

Israel cuenta con 239 muertos y 16.346 infectados, según datos de la Universidad estadounidense Johns Hopkins, y asegura que la cifra de casos está casi estabilizada,

El país había comenzado la vuelta a una normalización desde a finales de abril con la apertura de comercios a la calle, más una batería de alivios que entraron en vigor a principios de semana que incluía el retorno a las clases la semana pasada.

Pese a los nuevos permisos, la cantidad de gente que circula por las calles disminuyó.

Muchos comerciantes confiesan que las ventas a domicilio durante el confinamiento eran mayores que las actuales, con sus negocios abiertos, consignó la agencia española.

Si bien el uso de tapabocas es obligatorio, son pocas las personas que los llevan dado que muchos lo llevan colgando de una oreja, corridos para poder hablar entre ellos o con la nariz expuesta porque -dicen- les es molesto.

Otro problema es el de los gimnasios, donde las personas entrenan en su mayoría sin recaudos, les cuesta mantener la distancia de 1,5 metros y no higienizan las máquinas después de usarlas.

En las calles de Jerusalén, los cestos de basura estaban casi intactos, los negocios atiborrados de productos pero vacíos de clientes.

El emblemático mercado el Shuk de Jerusalén, ubicado en el corazón de la parte oeste de la ciudad, reabrió hoy en su totalidad, incluidos sus músicos callejeros, a la espera de clientes y retomar el ritmo que supo tener antes de la pandemia.