Pasaron cinco años del gas pimienta en el Boca-River

El 14 de mayo de 2015 se debía jugar la revancha superclásica de los octavos de final de la Copa en la Bombonera, pero apenas se pudieron completar 45 minutos de juego por el ataque al plantel de River cuando salía por la manga a disputar el complemento.

Ya pasaron cinco años de aquel partido que dio la vuelta al mundo. Tantas veces elogiado por la pasión, la rivalidad y el color que tiene un Boca-River, aquel 14 de mayo de 2015 será recordado, sin embargo, como una mancha negra en el fútbol argentino.

El superclásico que debía definir los octavos de final de la Copa Libertadores (la ida había sido 1-0 con gol de Carlos Sánchez, de penal) no pudo completarse por el infame ataque con gas pimienta a los jugadores del Millonario cuando salían a disputar el segundo tiempo en la Bombonera. 

Las imágenes de aquella noche poco tuvieron que ver con el juego. Como si se tratase de alguna revuelta popular reprimida violentamente por la policía, a los jugadores visitantes se los vio deambular por el césped con los ojos en llamas y sus camisetas manchadas por aquel producto quirúrgicamente lanzado a los jugadores por el Panadero Adrián Napolitano desde la popular local.

Leonardo Ponzio, Ramiro Funes Mori, Leonel Vangioni, Matías Kranevitter... una fila de jugadores de River que no supieron si volver a los vestuarios o salir a la cancha, pero que buscaron, como sea, salir de esa manga que por momentos fue una zona de guerra. Enfrente, el equipo de Rodolfo Arruabarrena, que se aprestaba a buscar mejorar su imagen tras el 0-0 pálido de los primeros 45 minutos, probablemente sin saber exactamente qué había sucedido con sus rivales.