Susana Giménez habló de su paso por la clínica Mühlberger
La diva estuvo en la clínica del doctor un día antes del allanamiento y la posterior detención.
Susana Giménez había visitado la clínica de Rubén Mühlberger día anterior al allanamiento. “Estoy sorprendidísima con todo lo que estoy escuchado”, dijo la uno de la televisión en charla con Gente.
Asegura que jamás dejó que le inyectase nada, “con el terror que le tengo a las agujas…¡Pero si no tengo ni venas! Soy un desastre para eso”. Tampoco aceptó la ingesta de las pastillas aunque sí, recibió las “antivirales” (que el doctor promocionaba como anti-COVID): “Me explicó que aumentaban las defensas, pero tomé una y las dejé por ahí!”, comenta. “¿Para qué más? Yo ya tengo mi combo personal de las mañanas: Vitamina C, Total Magnesiano, Omega 3…”.
“Yo quedé muy impresionada después de mi experinecia con Rímolo”, recuerda. “Había ido para perder un poco de peso y me dio pastillas. Cuando tomé la primera y ú-ni-ca, la presión me subió a mil y terminé en el Fleni. Las mandaron a analizar y descubrieron que tenían Fenilpropamilamina (antetamina). ¡Desde ese día me juré no volver a tomar ninguna pastilla más!”.
Susana iba a la clínica de Mühlberger una vez por semana, aunque revela que “su secretaria siempre me llamaba y me decía: ´el doctor quiere que vuelvas, ¿qué otro días podés?´ Él siempre se mostró como un tipo encantador”, relata Susana. “Cada vez que me veía me decía ´anoche vi tal o cual película tuya y pensaba ´¡qué mujer, qué mujer!´ Era amoroso, me tomaba de la mano y repetía ´todo lo pienso para vos, Su. Mandé a traer una máquina especial de Montecarlo para que quedes espléndida´. Se mostraba como un gran apasionado de la medicina…¡Qué se yo! Me hizo bien a la piel y tenía un trato divino conmigo, por eso estoy azorada de todo los testimonios que escucho!”
El plan de Susana estaba basado en: Dermofusión activa, que combina tratamientos biomoleculares y regenerativos; Alma Q, que actúa sobre el el foto-rejuvenecimiento y tensado de la piel, ideal para un refresh sin necesidad de tiempo de recuperación; Láser Leonardo, un novedoso método alemán que permite modelar el cuerpo y tratar la elasticidad de la piel; Y un método llamado Hollywood, “que era como un shock de cremas y mascarillas”, según ella mima describe.
“Cada vez que iba pasaba tres o cuatro horas ahí adentro. Me servían el té rojo, aunque el mío era un poco mas oscuro…no sé. Y siempre venía acompañado con almendras, con un tiramisú o algún alfajorcito”, dice.
“Cuando Mühlberger me recibía enseguida le decía a sus chicas: ´¡Empiecen por el Hollywood que quiero verla divina en el programa!´ Pasaba al gabinete que ya me tenían preparado y las chicas comenzaban con la digitopuntura mientras me ponían las mascarillas y luego otro tiempo de masajes en piernas y en la espalda. ¡Y me iba!”, cuenta.
Susana jamás lo publicitó ni lo mencionó públicamente, porque como dice: “A los únicos médicos que nombro siempre son dos, mi queridísimo Alfredo Cahe que tan amoroso fue con mi madre hasta el último día de su vida, y mi adorado René Favaloro (ella es madrina de su fundación)”.
La justicia dirá. Mientras tanto, Susana continúa con su plan clásico y casero al que jamás abandonó. “Me cuido mucho, porque entiendo que debo verme bien. Eso es parte de la ilusión de los artistas. Por eso soy cauta con todo este tipo de cosas. Sí, pruebo cuanta crema hay, mascarillas nocturnas, tomo vitaminas, hago treinta y cinco minutos de cinta y ejercicios con mis pesitas…¡y soy feliz”.