La campaña del 1997 quedó grababa a fuego en la historia de Colón. No solo por ser la del subcampeonato sino también por lo que generó este grupo de jugadores con hambre de gloria. Fueron dos torneos positivos depararon en las clasificaciones de la Copa Conmebol y Libertadores, a las que solo iban dos representantes de Argentina. 

Era mucho más complejo maximizando el mérito. Pero hace 23 años se daba un hecho muy particular. El 31 de mayo de ese año, Independiente llegaba a Santa Fe y, fiel a su estilo, el estadio Brigadier López estaba repleto y con ansias de ver una nueva victoria del Sabalero. Sin embargo, el destino le deparó una paliza futbolística en contra: el Rojo goleó por 6-0.

Con goles de José Luis Calderón (2), Roberto Acuña, Roberto Molina y Albeiro Usuriaga. El equipo que Pancho Ferraro fue superado en todo momento y prácticamente quedó rendido en el primer tiempo. En el segundo tiempo intentó hacer fuerza, pero no iba a alcanzar y el elenco de Avellaneda lo terminó liquidando.

Una derrota que golpe y genera sin dudas un cimbronazo en los jugadores y el público, sin embargo, lo más significativo de aquel día fue una muestra de amor incondicional de la gente. Pero al margen del resultado, reconoció al equipo y aliento sin para y prácticamente sin importar lo que había pasado en el campo de juego. Napoleón dijo una ver que la gente se apasiona, no razona, y los de Colón llevan a flor de piel su afecto incomparable por los colores. ¿Te acordás?