Bichi Fuertes: "Jugar en River fue el sueño del pibe"

El ex goleador de Colón recordó su llegada a River: "Jugaba en el exterior, pero la negociación duró 15 minutos".

Para los jugadores de fútbol, hay algunas grandes metas en la carrera profesional. Después de llegar a primera, la siguiente es poder vestir la camiseta de un equipo grande. Después, jugar en Europa. Y finalmente llegar a la Selección Argentina. No muchos futbolistas pueden alcanzar estos objetivos. Para uno de los más destacados goleadores que tuvo el fútbol argentino en los últimos años, hubo una meta que superó a todas: jugar en River.

“Jugar en River fue el sueño cumplido de pibe”, dijo el Bichi Fuertes, exjugador del Millonario, en charla con Planeta 947. Fuertes jugaba en el Tenerife de España y se enfrentaba a Real Madrid y Barcelona, pero cuando la oportunidad de jugar en River, fue corriendo. “Si bien estaba jugando en el exterior, cuando llegó la negociación, duró 15 minutos”, dijo el Bichi, que dejó en claro cuál era su meta. “Era mi sueño jugar ahí y no lo dudé”.

Fuertes comenzó su carrera en Independiente, pero comenzó a mostrar su faceta goleadora en distintos clubes del ascenso. Se destacó en Platense y le llegó la primera oportunidad importante en Racing, pero no tuvo mucho lugar. Fue en Colón de Santa Fe donde encontró su lugar en el mundo para brillar. Pero después del salto a Europa, en 2002 llegó el llamado de River para ponerse la camiseta del Millonario y decidió volver a Argentina y cumplir el sueño.


El paso del Bichi por River
Fue solo una temporada la que jugó el Bichi Fuertes en River, pero dejó buenos números en término de goles. Como hizo a lo largo de su carrera en la mayoría de los clubes en los que jugó. Marcó 16 goles en 45 partidos con la camiseta de River y obtuvo con el equipo dirigido por Manuel Pellegrini el único trofeo de su carrera como jugador profesional. Fuertes salió campeón del Torneo Clausura 2003 en River y dio la vuelta olímpica de su vida.

Después de River, el Bichi hizo una carrera fantástica en Colón. Pero ya lleva unos años retirado y lejos de los primeros planos, aunque no lo extraña para nada. “Cuando se apagan los flashes lo único que queda es la familia”, consideró el goleador, que igualmente tiene un buen recuerdo de su paso por el fútbol y lo que piensan de él. “Sabía que el fútbol tenía un principio y un final. Por suerte me recuerdan y los equipos me quieren. Estoy muy agradecido por eso”.