Los contagios amenazan la gira americana de pista dura

Se alcanzan los 70.000 diarios

Mientras Roland Garros (27 de septiembre al 11 de octubre) ha puesto ya a la venta el 60 por ciento del aforo para la próxima edición, se calculan unas 20.000 personas la primera semana de competición y 10.000 menos la semana decisiva, la USTA empieza a asumir la dificultad de garantizar la seguridad durante la gira americana de pista dura.

Los primeros torneos que aparecen en el calendario son Lexington (WTA) y Washington (ATP), del 10 al 16 de agosto, antes del desembarco en Nueva York donde se crearía la burbuja para la disputa del certamen que debía celebrarse en Cincinnati y el Abierto de los Estados Unidos. La mayoría de participantes pernoctarían en el TWA pegado al aeropuerto John Fiztgerald Kennedy.

La anunciada burbuja se rompería ahora mismo por los crecientes contagios y muertes por coronavirus en Estados Unidos que siguen batiendo récords. El jueves se llegó a los 70.000 infectados y a las 1.000 defunciones.

De igual forma, los entrenadores, en la charla telemática del miércoles con uno de los supervisores del circuito masculino, pusieron en duda la seguridad en la ciudad de los rascacielos si se tiene en cuenta que la propia USTA ofrece la posibilidad de saltarse el cordón sanitario con la adquisición de casas por 40.000 dólares.

Evidentemente el control en los hogares, donde en un principio se quedarán los principales favoritos al título, va a ser nulo. Y el mismo desconocimiento habrá de la cantidad de personas que allí residan y la vida que mantengan en Nueva York. Cabe recordar que los profesionales de la raqueta y sus equipos tienen prohibido pisar Manhattan.