Javier Sotomayor, a corazón abierto por Superdeportivo y LT10

El cubano múltiple campeón mundial y olímpico brindó una charla exclusiva sobre su exitosa carrera y además contó historias ligadas a Argentina y Diego Maradona, entre otras cosas

El cubano Javier Sotomayor es campeón olímpico y multicampeón del mundo, pero es recordado por su récord mundial en Salamanca, en salto en alto(2.45) que aún no fue batido se entrega a una charla memorable en Super Deportivo Radio por LT10. Desde sus inicios a sus miedos por  saltar en alto, pasando por sus sacrificios. Sus dialogos con Fidel Castro y hasta una anécdota con Diego Maradona, hasta el día de hoy desconocida "Diego tiene una de las zapatillas de las cuales logré el récord del mundo". 

Javier Sotomayor ha saltado tan alto que hasta ahora nadie le supera. El mítico atleta cubano que estableció un récord de 2,45 metros en 1993. Además de la plusmarca imbatible conseguida hace 27 años en salto de altura, Sotomayor tiene también los récords universales en pista cubierta (2,43) y sub-18 (2,33), así como el título olímpico en Barcelona'92, la plata en Sídney 2000, seis oros mundiales y tres en Juegos Panamericanos. Con 52 años y padre de cinco hijos, el hoy secretario general de la Federación Cubana de Atletismo dialoga y reparte hermosos conceptos en Super Deportivo Radio por Radio Villa Trinidad y LT10 (10 en deportes) con Emiliano Nunia, Lisandro Valdemarín y Santiago Sotto.

El 27 de julio de 1993, de hace ya 27 años, ha quedado grabado en la eternidad. Aquella tarde de martes, a las 21:15 horas, el gigante cubano Javier Sotomayor logró en Salamanca una de las hazañas más extraordinarias del atletismo universal que nunca ha sido superada: la plusmarca mundial de salto de altura con 2,45 metros. Piénselo un segundo, sería como saltar de espaldas por encima del larguero de una portería de fútbol.



Las sombras se alargaban ya en aquella hora en Las Pistas del Helmántico. Sotomayor, de 1,94 metros de altura, tenía en su haber los rércords de 2,43 metros conseguido también en el mismo lugar en 1988; y 2,44 metros logrado en San Juan, la capital de Puerto Rico. Pero aquel día el atleta cubano quería más, así que respiró profundo, se concentró y dibujó el poderosísimo salto vertical en su mente. Inició el ritual, cinco pasos hacia atrás y corrió raudo hacia el listón. Rozó ligeramente la varilla. Sin embargo, sus piernas pasaron limpias y la barra horizontal no cayó. El público estalló en júbilo y alguno se frotó los ojos ante aquella proeza.

¿Qué es de su vida? Pasan los años, meses y días y su nombre se sigue agitando en el deporte y en el atletismo. ¿Qué me cuenta?

- Vivo esta etapa de mi vida con mucho orgullo. Hace 33 años de mi primer récord del mundo y 27 del único en Salamanca, que todavía sigue intacto. Cada año, mes y día que pasa es un tiempo más para orgullo para mí.

¿Qué significado tiene en su vida el número 2:45?

- Es un número que me ha marcado. Ha marcado mi día a día. No solamente es el número de un récord y del tal manera me marcó que lo trató de llevar a todos lados. Lo puse en mi correo de G-mail, en la matricula de mi coche. A todo lo que le tenga que poner un número le pongo 2.45. Mis últimos dos coches la terminación era 245. Tuve un bar en La Habana que le puse 245 y mi twitter, menseger, mis correos todos tienen 245. Un sello que utilizó en mi trabajo que tiene también ese número.

Ahora bien, si esa marca no se daba ¿Qué hubiera sido de su vida como atleta? ¿En algo hubiera sido diferente?

- No creo que hubiera cambiado mucho, porque anteriormente al récord 2.45 tuve otros récord del mundo, pero obviamente mientras mas alto saltes más difícil de batir será. Algo tengo claro, soy bien reconocido gracias a mi récord mundial, mas que todo por todos los años que el récord se sostiene y no se puede batir. Creo que soy más reconocido por ese récord que por haber sido campeón del mundo y olímpico.  La gente que me conoce sabe que soy campeón olímpico, pero mientras dure el récord de 2.45 la gente siempre me va a asociar con eso que por mis logros y títulos mundiales y olímpicos. Tuve la suerte en mi carrera deportiva de lograr todo lo que se puede lograr en el atletismo y así todo no le puedo decir que quedé satisfecho. Digo esto, porque tuve medallas de plata y bronce que me había preparado para que sean de oro. Yo salté 2.45 pero estaba preparado para saltar 2.46, 2, 47. Mi objetivo siempre fue saltar esa marca. 

¿Cuál fue su sacrificio mas grande para llegar a ser atleta de alto rendimiento?

- A los atletas se lo ve, por lo general, en el momento en que triunfan y en muchas ocasiones en el momento que somos derrotados. Cuando tenemos una derrota, eso queda marcado en los aficionados y quizás no se sabe que detrás de una derrota o triunfo las altas horas de trabajo duro que hubo y de cuantas horas alejadas de nuestra familia. De la palabra sacrificio, que no la uso mucho, pero que también existe.  Es una consagración importante que debe tener un atleta para llegar a la cúspide y mas si quiere sostenerse durante mucho tiempo en la élite. En mi cuestión personal, el sacrificio mas grande que me tocó hacer es estar alejado durante mucho tiempo de mi familia, tanto tiempo de competencia y entrenamiento, creo que eso fue el sacrificio mas grande que hice. Hay muchas cosas que se le pueden llamar sacrificio, pero no a todas se las llamo, como el estar en los entrenamientos, los duros entrenamientos a los que era sometido, eso yo prefiero recordarlo por haberlos hecho con mucha pasión. Eso no fue un sacrificio para mí, pero si el estar lejos de mi familia lo considero el mayor de mi sacrificio.

¿Dónde nace esta pasión por el salto en alto?

- A mi el deporte siempre desde muy pequeño me gustó. El béisbol, atletismo y el básquet de pequeño eran mis deportes preferidos. Después me gustó mucho el fútbol. Dentro de esos deportes me incliné primeramente por el atletismo, por suerte mía, la enseñanza del atletismo en esas edades era obligatoria para todas los atletas. Recuerdo que había 5 pruebas obligatorias que te enseñaban y la que menos me gustaba era salto en alto, porque le tenía y le tuve miedo en mis inicios a la prueba de salto en alto. Tenía miedo a saltar. En mis inicios salte en alto por obligación, digo por obligación porque estaba reglamentado así y había que hacerlo. 

Entonces ¿Qué explicación le encuentra: La prueba a la que usted le tenía miedo terminó logrando un récord mundial? Increíble.

- Cuando tenía 10 años, en mis primeras competencia ni quería saltar. No quería intentarlo. Recuerdo que la primera vez que salté fue en una etapa de unos juegos provinciales. Me paso algo increíble, recuerdo que en el resto de las pruebas en las competencias: vallas, velocidad, salto en largo y veía que para ganar en estas pruebas me costaba mucho, pero en salto en alto, sin querer, lo ganaba y sin estar convencido y sin ponerle mucho entusiasmo. Sin estar motivado. Yo notaba que estaba haciendo resultados muy superiores a mis adversarios. A partir de los 14 años, comencé a notar que me empezó a convencer, no a gustar, el salto en alto y que podía ser un buen saltador. Con 14 años saltaba 2 metros y con eso logré que se me fuera el miedo por saltar, porque me pasaba que cuando me ponía objetivos anuales de poder superar una marca, sentía que le temía a la próxima marca y el próximo salto. Con 15 años, el miedo fue desapareciendo y con 16 años ya saltaba 2.33, una altura de la élite mundial. Ya no sentía obligación por saltar en alto, ya era pasión por hacerlo. En un principio, era ser el mejor de Cuba y después descubrí las marcas a nivel del mundo y sorpresivamente me estaba viendo entre los mejores del mundo. 

¿Cuando usted retrocede en el tiempo cree que fue posible su propia película?

-Con 10 años nunca me lo imaginé. A esa edad yo tenía pasión por el deporte y algún otro sueño, como cuando somos niños y decimos "Yo quisiera ser como...", pero nunca tenía la convicción de decir "Yo voy a ser como....". Con 16 años, cambié esa visión y yo ya decía "Yo voy a ser...". Creo que en esas edad ya me sentía plenamente convencido de que iba a ser un gran saltador.

¿Cómo convivió con el éxito? ¿Cuándo se sintió exitoso?

- Con 14 años, comencé a conocer el éxito. Se puede decir que lo comencé a sentir, mas que todo a nivel nacional, porque con lo que estaba saltando ya notaba que me estaba gustando lo que hacía. De igual manera, creo que el éxito esta mas allá, de lo que uno consiga. Para mi la mejor definición de éxito es sentirse satisfecho consigo mismo y yo ya empezaba a sentirlo así. No creo que ser exitoso sea ser campeón del mundo o campeón olímpico. Se puede ser exitoso sin llegar a eso. Lo mas importante es trazarse metras, pero que sean ambiciosas, tener grandes sueños y poder cumplirlas. 

¿Usted fue un soñador, entonces?

- Yo creo que soñé, pero creo que más que todo soñé despierto y cuando habló de soñar despierto, es porque siempre me tracé objetivos muy ambiciosos, pero que sean alcanzables. Yo nunca soñé saltar 2.50, pero si soñé saltar 2.46, no lo logré, pero si estuve en posibilidades de hacerlo. Creo que el éxito, los resultados y los sueños están en la mente de cada persona, pero si no estas convencido de poder lograrlo creo que es imposible por más sueño que tengas. 

¿Tuvo la suerte de conocer a Diego Maradona? ¿Cómo fue ese encuentro?

- Con Diego somos grandes, grandes amigos. Desde la primera vez que el vino a Cuba, para hacer su tratamiento, yo lo conocí y hasta la actualidad hemos tenido una muy buena relación. De hecho en su último partido oficial, en la bombonera año 2011, tuve allí, porque el me invitó. Al Diego siempre lo admiré, antes de conocerlo, yo siempre dije que era una de las tres personas que soñaba conocer. Una era Maradona, la otra fue Michael Jordan, que lo ví de vista, pero que no pude tener el dialogo que tuve con Diego. Cuando lo conocí a Maradona, la admiración que tenía por él se duplicó cuando el me dijo que me admiraba y conocía sobre mi carrera deportiva. Eso hizo que admire muchísimo mas. La primera vez que nos vimos el me regaló una camiseta y recuerdo que fue a la casa. Además, el tiene el par de zapatos míos, de los cuáles conseguí el récord mundial en Salamanca. Eso se lo dí, la segunda vez que el vino a la Habana. Y yo tengo varias de sus camisetas. Tener como amigo al mejor deportista de todos los tiempos me hace sentir bien orgulloso.

¿Recuerda algo de su vista a la Argentina para el partido despedida de Diego?

- Ahí realmente tomé dimensión lo que es Maradona y la gran cantidad de seguidores que tiene Diego en Argentina. La bombonera estaba a tope, había mucha gente en la cena despedida. La pase muy bien y super. Diego es una gran persona, y lo digo porque lo conocí y hablé con él. Con su forma de ser, algunos que no lo conocen soy detractores de su personalidad y no es así, pero aquellos que tenemos la suerte de conocerlo te puedo decir que Diego es muy humano, muy inteligente aunque para mucho no parezca que sea así.

¿Cómo fue el momento cuando Diego le contó que conocía su historia?

-Quedé perplejo cuando Diego empieza a contarme y a recordar mi carrera como atleta. No solo que me conoció, sino también sabía detalle por detalle de mi carrera deportiva. Recuerdo que sabía donde habia hecho el salto, me habló del récord con precisión y hasta casi la fecha me comentó. Algo parecido me paso con Valdano, el año pasado en un hotel en Madrid. Lo miré y le dije "Maestro puedo tomarme una foto con usted" y enseguida me dice: Yo también quiero tomarme una foto con usted". Valdano me preguntó ¿Tú me conoces?

¿Le gustaría que su récord sea superado?

- Te soy sincero: No me gustaría que me lo saquen, pero mira.. yo soy un convencido de que nada lo que ha llegado llegó para quedarse. Lo que siempre comentó y digo que hay una sola forma que mi récord no pueda ser batido y esa forma no va a existir: es que desaparezca el salto en alto. Mientras se haga salto en alto las posibilidades siempre van a estar para que alguien termine con mi récord. Algún día llegará, convencido de eso estoy. Cuando llegue ese día no es que mi vida dejará de tener valor o se acabará, porque voy a ser con orgullo y si tuviera la posibilidad de felicitar a quien lo haga lo haré con mucho gusto. 

¿En cuánto lo cautivó Fidel Castro?

- Para mi vida deportiva Fidel Castro fue una gran personalidad.  Tuve una gran amistad, de hecho estuve con Diego cuando el comandante falleció en sus últimas horas y lo acompañe a Santiago de Cuba, donde fue enterrado. Estuve en sus últimos momentos y al lado de Diego. No solo yo, también el deporte cubano le debe mucho a Fidel Castro. Muchos de los resultados que obtuvimos los deportistas cubanos se lo debemos en gran medida al comandante Fidel Castro. Fue un gran seguidor y motivador de los deportistas cubanos.

¿Recuerda alguna charla con él?

-Varias charlas tuve con él, vinculadas a la motivación. Inclusive en momentos donde yo no me encontraba bien y preparado para competir. Por ejemplo, en la previa de los Juegos Olímpicos de Atlanta el me sugirió que no vaya porque no estaba en buenas condiciones físicas. El siempre tenía un gran conocimientos sobre los atletas, me mandó a buscar y me persuadió para que no vaya, porque el sabía no estaba en óptimas formas. Yo me negué y le dije que iba a intentarlo. Después cuando regresé y no me fue bien, porque no obtuve el resultado esperado, de igual manera motivó para seguir adelante.