La historia de Marcelo Ruffini, el ex goleador de Unión
El ex delantero tuvo un gran paso por el Tate entre 1992 y 1994, donde convirtió 39 goles en 11 partidos.
Marcelo Rufini es otro de los talentosos futbolistas que dio el suelo cañuelense.
Dueño de una larga trayectoria, a fuerza de goles dejó marcado a fuego su nombre en el ascenso logrando muchos títulos y pisando, tal vez fugazmente, incluso la Primera División.
Con más de ciento cincuenta goles en su cosecha personal, Rufini jugó en Primera División, Nacional B, Primera B y la C además de incursionar también en el fútbol israelí.
Sobre el final de su carrera estuvo cerca de sumarse al Cañuelas Fútbol Club, cuando Juan Iglesias era el técnico, aunque ante algunas dudas de la dirigencia de entonces motivadas por la edad del futbolista en ese momento, Rufini fue seducido nuevamente por Laferrère, elenco con el que en esa temporada sumó un nuevo título. No obstante su relación con ‘el Rojo’ se dio más tarde y en calidad de director técnico.
Vélez Sarsfield, Quilmes, Platense, Almirante Brown, Unión de Santa Fe, Chacarita Juniors, Aldosivi (Mar del Plata), San Telmo, Laferrère, La Plata FC (jugó en la Liga Platense clasificando al Argentino B, torneo en el que formó parte del banco en dos ocasiones para luego dejar al asumir como técnico del CFC) y Maccabi Petah-Tikva, de Israel, fueron los equipos para los que Rufini jugó profesionalmente.
En este caso Rufini afrontó el cuestionario que semana a semana encaran diferentes deportistas de renombre dando forma entonces a una entrevista de tinte intimista.
–¿Qué le dio el fútbol?
–Me dio todo lo que fui y todo lo que soy además de muchas cosas importantes. Me permitió ser conocido, salir en muchos medios, me abrió muchas puertas y el hecho de que mucha gente se acuerde de mí aún hoy. El fútbol fue y es importante en mi vida y me permitió hacer lo que me gustaba y vivir de lo que amaba.
–¿Qué le sacó el fútbol?
–Lo único que me sacó, de chico y de joven principalmente, fueron salidas con amigos. Principalmente cuando estaba en inferiores dado que, al jugar los domingos temprano, no podía salir los sábados por la noche. Luego, de más grande, me sacó tiempo para estar con la familia.
–¿Qué perdió por el deporte?
–Ver el crecimiento de mis hijos. De hecho cuando ellos eran chicos no pude disfrutar momentos clave como cuando se largaron a caminar, por ejemplo. Pero estuve presente en los dos nacimientos, lo cual no le pasa a todos los futbolistas. Todo lo que hice en mi carrera fue por la familia.
–¿Qué ganó por el fútbol?
–Muchas cosas importantes. Tuve la suerte de ganar muchos títulos, algo que no muchos jugadores logran. He ganado muchos títulos en el ascenso, en diferentes clubes y diferentes categorías e incluso he ascendido a Primera. Todo ello te abre muchas puertas que uno ni se imagina. No obstante lo mejor que gané es el hecho de que, hoy en día, sigo teniendo amistades que coseché por el fútbol. Ya de grande es importante sentirse querido por muchas personas y el fútbol me ha permitido eso. Mi carrera fue larga y al estar en tantos clubes tengo amigos en todos ellos. Todo esto me reconforta.
–Si pudiera volver el tiempo atrás, ¿tomaría alguna decisión diferente a las tomadas respecto a su carrera deportiva?
–Cuando uno toma decisiones relacionadas a su carrera no hay que arrepentirse. En su momento se me dio la oportunidad de ir a jugar a Israel y me fui de un día para el otro, de modo brusco y dejando a mi familia acá. Hoy, con la experiencia que tengo, lo tomaría con más calma estudiando todo antes un poco más, averiguando incluso más cosas. Volvería a irme si volviera el tiempo atrás, pero no de modo tan brusco sino con más tranquilidad.
–¿Está conforme con su carrera deportiva?
–Sí, la verdad que sí. Tuve la suerte de jugar por veintiún años al fútbol, que es lo que sabía hacer, y no me arrepiento de nada. No obstante en la actualidad uno ve la cantidad de goles que hacen en las categorías en las que yo jugué, jugadores de esta generación, y nota que ganan mucho dinero y eso es algo que no pasó con futbolistas de mi generación. No pudimos hacer la diferencia económica que se hace hoy en día y eso es lo único que deja un sabor amargo si se quiere, pero son diferentes épocas y eso escapa a uno; eso no hace que me arrepienta de nada. Estoy muy conforme con lo que hice y con lo que logré.
–¿Alguna cuenta pendiente?
–En lo deportivo la única cuenta pendiente que tengo es el hecho de haber podido jugar más tiempo en Primera División. Jugué en Vélez Sarsfield, Quilmes y Platense pero me faltó darle continuidad a la Primera A. Siempre decidí irme porque yo era muy requerido por clubes de otras categorías dado que tenía diferencia respecto a otros futbolistas que ya jugaban en ese ámbito. No obstante pude hacer un gol en Primera así que pasé por allí dejando mi huella.
–¿Lo han defraudado en el ambiente deportivo?
–No sé si defraudarme, pero desilusionarme sí. He tenido representantes con los que no me ha ido muy bien, con algunos técnicos me han pasado cosas similares al igual que con algunos dirigentes. Personas que mostraban ser una cosa y terminaron siendo diferentes. Pero no fueron muchos casos.
–¿Lo han sorprendido para bien?
–Sí. Hubo dos cosas muy lindas que me pasaron en mi carrera y que guardo en mi corazón. Por un lado cuando llegué a los cien goles, en el Nacional B y en mi regreso a Almirante Brown, me dieron una plaqueta conmemorativa la cual no esperaba y me sorprendió mucho. Luego ya en mi última etapa deportiva, estando en Laferrère en la temporada en la que logramos el ascenso a Primera B, recuerdo que jugamos en el día de mi cumpleaños y luego del partido toda la hinchada me cantó el feliz cumpleaños. Eso fue algo que me sorprendió para bien y que no me había pasado nunca en mi carrera.
–Siempre dentro del fútbol, ¿éste le permitió conocer una faceta diferente o impensada en gente conocida?
–Puedo afirmar que me hizo vivir cosas impensadas. El deporte te abre puertas impensadas y uno no piensa que le van a pasar tantas cosas importantes. Por ejemplo una vez tuve la suerte de ir a cenar con un presidente de la República con uno de los equipos con los que logré ser campeón.
–De no haber sido futbolista, ¿qué cree que hubiera sido de su vida?
–Hubiera sido un trabajador más, como lo soy actualmente. Pero no sé qué hubiera hecho porque mi meta siempre fue ser futbolista profesional y con ayuda de mis padres pude lograrlo.
–¿Qué lugar ocupa en su vida actualmente el fútbol?
–El primer lugar porque hice lo que me gustó, tuve la suerte de ser reconocido, ser profesional y vivir de mi profesión. En la actualidad no puedo vivir de mi profesión, o sea director técnico, y se complica para poder dirigir aunque de vez en cuando me doy el gustito y dirijo. Lo que pasa es que uno no puede seguir viviendo de lo que ama, o sea el fútbol, porque a veces en el ascenso se producen demoras en el pago a los cuerpos técnicos cuando uno necesita el dinero, como todo el mundo, para hacer frente a los gastos diarios.
–¿El mayor logro deportivo? No necesariamente por el peso propio del logro en sí, sino por lo que representó para usted.
–Cuando uno es futbolista aspira a salir campeón y ser goleador y yo tuve la suerte de lograr ambas cosas y en varios equipos. Los mayores logros de mi carrera son esos.
–¿El mayor fracaso deportivo? Si es que considera haberlo tenido.
–Fracaso deportivo no he tenido. En muy pocos equipos me pasó no ser campeón cuando se armó un equipo para eso, lo cual no es un fracaso en sí. También he peleado muchas veces por el descenso y nunca me fui al descenso. Creo que para un futbolista el descenso es como un fracaso, pero nunca me pasó.
–¿Qué consejo le daría a quien está por dar los primeros pasos en el fútbol?
–Inicialmente esto hay que tomarlo como un juego, un divertimiento y con mucho apoyo de los padres. Hay que darle duro a los entrenamientos y pensar que muchos de los compañeros con los que se va a cruzar van a quedar en el camino. Si tiene la suerte de llegar, deberá amar la profesión.
–¿Qué consejo le daría a quien busca convertirse en futbolista profesional?
–Debe estar preparado para asumir que no todos llegan a ser profesionales. Debe dedicarle al fútbol todo su tiempo y todas sus ganas. Una vez que logre su objetivo, o sea ser profesional, va a poder vivir unos cuantos años haciendo lo que le gusta y no hay nada más lindo que eso. Otro consejo es aprovechar al máximo los años de carrera, que en el fútbol son muy pocos. Hay que cuidar mucho el físico para lograr tener una carrera decorosa. Yo por suerte empecé a jugar como titular a los 18 y logre hacerlo hasta los 38 años. Cuando se termina la carrera hay que ser inteligente y dejar a tiempo: uno tiene que dejar el fútbol en lugar de que el fútbol te deje a vos.