Respirar humo por mucho tiempo puede dañar generaciones futuras
La quema de pastizales y el humo que se desprende de los incendios está afectando la salud de los ciudadanos y también de generaciones futuras. Un especialista explica el impacto.
El humo generado por la quema de pastizales acompañó a la pandemia en estos meses y se volvió una constante en nuestra región.
Pero más allá de los riesgos que genera el fuego, tiene un fuerte impacto en la salud de los ciudadanos que involuntariamente lo respiran a diario en los últimos seis meses.
Consultado por El Cuarto Poder, Damián Verzeñassi, médico del Instituto Socioambiental de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), nos explica las consecuencias de esta situación que se vive en prácticamente todo Santa Fe.
Según el especialista, “hay efectos inmediatos, los que padecemos todos” que se trata de irritación en las vías respiratorias, las mucosas, sequedad de la piel, de la boca, lo que genera un “aumento de la secreción de mocos a nivel del aparato respiratorio con un proceso inflamatorio que si se intensifica, se mantiene en el tiempo puede desencadenar en enfermedades pulmonares crónicas o asma si tienen antecedentes”.
Al mismo tiempo, está científicamente comprobado que la inhalación continua de “un aire cargado con partículas de peso molecular menor a 2.5”, genera no sólo un cambio en “las condiciones fisiológicas respiratorios, sino también en las condiciones fisiológicos del aparato cardiocirulatorio”. Es decir, una predisposición a problemas cardiovasculares, aumento de la presión arterial, aumento registrado de riesgo de padecer ACV.
Otro de los efectos nocivos que tiene en la salud los sufren los niños de entre 5 y 6 años, ya que “el impacto del aire de mala calidad puede disminuir entre 6 y 8 años la vida o generar un aumento de la muerte prenatal de los niños en etapa de gestación” debido a que las mujeres embarazadas, pueden padecer aumento de presión arterial, disminución de oxígeno en sangre, y afecta al niño por nacer.
Además, aquellas personas que están expuestas a un aire de mala calidad pueden provocar un daño genético que se transmite después a la descendencia, “ya que el ADN se daña”.
Audio: Damián Verzeñassi, médico del Instituto Socioambiental de la Universidad Nacional de Rosario (UNR)
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