Además, el empate sirvió para que la escuadra que integra el Gringo Carando y que conduce técnicamente el argentino Carlos Ramacciotti se mantenga invicto desde que se retomaron las actividades del fútbol oficial peruano, tras el parate obligado por la pandemia de coronavirus.
El gol de penal del fornido delantero de la región, que hace muchos años ronda por distintos clubes del mundo e incluso fue dirigido por Diego Maradona en Dubái, se registró a los 22 minutos del segundo tiempo, solo 120 segundos después de que Cantolao, la escuadra visitante, abrió el marcador por intermedio de Janio Pósito.
El ingreso del hombre de Dalmacio Vélez fue un acierto del entrenador Ramacciotti, quien propone una estructura defensiva con el contragolpe como respuesta, lo que eleva la performance de Carando, quien en más de una oportunidad tuvo que afrontar en soledad el ataque incaico.
Un trotamundos
Danilo Carando tiene actualmente 32 años, casi recién cumplidos (nació el 5 de agosto de 1988) en Dalmacio Vélez, donde integró varios equipos del baby fútbol.
Con la ilusión a flor de piel, apenas despuntó la oportunidad, se sumó a Talleres de Córdoba, donde fue parte de los elencos de cuarta y quinta división, aunque en algún momento llegó a estar en la formación de Primera.
Carando, casado con una villamariense y padre de una hija, de nacionalidad peruana, inició su raid por el orbe futbolístico en 2009, cuando se sumó al plantel chileno de Ñublense.
Al año siguiente siguió su historia deportiva en Rumania, donde jugó en el Fútbol Club Astra Giurgiu de ese país de Europa central, para pasar en 2012 al Sportivo Carapeguá en tierra guaraní.
De 2012 a 2013 fue jugador de Oriente Perolero, en Bolivia, y poco después militó en el equipo mexicano de Estudiantes Tecos; a la vez que durante la mitad de la década se lo observó por las canchas ecuatorianas con la camiseta de Liga de Loja.
En 2015 su destino fue el Real Garcilaso de Perú, aunque su mayor salto lo dio en 2016 cuando se integró al elenco de Al-Ahlide de Qatar.
Ese mismo año recaló en Unión de Santa Fe, aunque en la próxima temporada llevó sus goles nuevamente al Real Garcilaso y, un año después, fue dirigido por Diego Maradona en el Al-Fujirah en certamen de ascenso, quien al recibirlo le dijo: “Lo traje para que haga goles...”, recordó sumamente agradecido en más de una ocasión el futbolista de la región.
Hoy el Gringo Carando, de Dalmacio Vélez, sigue haciendo goles, como lo demostró ayer, en los escenarios peruanos.
Fuerte, difícil de marcar, encarador, potente en el cabezazo y con definidor con ambas piernas, este trotamundos de la región ya ha demostrado que, con esfuerzo, todo se puede.