Inquieto, estudioso, en permanente aprendizaje. Así se encuentra José Ignacio Bernardi, uno de los tantos entrenadores que tiene la Asociación Santafesina. El joven orientador de las formativas de Círculo Israelita Macabi habló para desgranar diversos puntos en medio de una época difícil por la pandemia de coronavirus.

“Me gusta un poco más ser entrenador que jugar, tengo 20 años y me tiro más para el lado de la docencia. Como a los 15 años comencé a interesarme al estar todo el día en el club, uno es fanático del club y la única forma es ser entrenador”, apuntó en el inicio.

Más adelante, apuntó que “es todo un tema entrenar en pandemia. Es difícil, nadie tenía información sobre esto. Lo más importante que podemos rescatar es ganar tiempo, la idea con los más chicos es volver a juntarlos, estuvimos mucho tiempo sin interactuar, hay que valorarlo y hacerlo hasta que se pueda volver a jugar. Sabemos que la competencia es lo que le gusta al chico”.

Respecto a cómo va adquiriendo sus conocimientos, apuntó que “me gusta ese bichito de buscar todo el tiempo información nuevo. Hay que ir actualizándose, en esta época tenemos que adaptarnos a los cambios, nos pasó con el cambio de categorías para el año que viene. Si uno no tiene conocimiento académico no sirve de nada la experiencia. Tengo la suerte de tener tipos como Motoneta (Martínez) y el Negro (Acosta), lo que recibo de ellos es mucho”.

En cuánto a lo que más le cuesta a los chicos de hoy, Bernardi afirmó que “mantener al chico concentrado una hora, cuando está acostumbrado a las redes y la computadora, tiene que ser todo cambiante y dinámico para el entrenador. Es muy difícil hacerles entender que la defensa es parte del deportes, con mucho consumo NBA y sus reglas donde no se defiende casa. Que sea la competencia divertida también defendiendo. Parte de los fundamentos pasa por ahí”.

Si bien está transitando sus primeros pasos como DT, Bernardi no dudó en expresar que “mi principal objetivo es poder dejarle algo a los chicos, necesitan alguien que pueda estar con ellos en la adolescencia. Hoy falta esa costumbre del club, son pocos los que viven ese. Es dedicarme a las formativas y acompañar al chico, mejor si eso suma experiencia para escalar en categorías y niveles”.

Con tanto tiempo de encierro, tal vez las personas pudieron hacer cosas diferentes que la vorágine no permitía. Al respecto, Bernardi disparó: “Experimenté cosas que no tenía cosas en mi rutina. Me gusta leer y lo hice bastante, intentar capacitarme, fue un arma de doble filo, estaba adquiriendo tantos conocimientos y no los podía poner en la cancha. Por eso puse un freno y preferí ahondar sobre lo adquirido”.

En la parte final, cuando brindó una opinión sobre el trabajo que se viene desarrollando en categorías formativas, Bernardi no dudó en decir que “en formativas hay un buen nivel, con entrenadores en categorías más bajas suficientemente humildes para compartir los conocimientos. Se entendió eso y las reuniones en el Colegio se vieron aportes, colaboración y eso hace que el básquet de la ciudad crezca en conjunto”.