La alarma que sonaba en los sectores afectados ante la vuelta atrás
Durante los últimos días, desde diferentes rubros manifestaron el estancamiento económico que significa un retroceso de fase. Lo que opinaban sobre la situación.
Se confirmaron los rumores de un cierre de actividades en Santa Fe y Santo Tomé al conocerse las medidas que anunció el gobernador de la provincia Omar Perotti, junto al intendente Emilio Jatón.
Las restricciones, que se dan para controlar la curva ascendente de contagios en el Gran Santa Fe, habían encendido las alertas en los diferentes sectores.
En la semana, Martín Salemi del Centro Comercial de Santa Fe, aseguró que “el comercio no resistiría ni psicológicamente ni económicamente el retroceso de fase” e insistió en que las restricciones deberían estar dirigidas a otras áreas, como ser las salidas recreativas o aquellas que hoy en día no son productivas. Además, enfatizó que hay que “entender que vamos a convivir económicamente con el virus”.
Por su parte, desde la Cámara de Gimnasios de Santa Fe salieron a pedir públicamente al gobierno provincial no disponga el cierre de sus espacios en el caso de retroceder de fase debido a que significaría una “pérdida económica increíble”. Además, solventó su reclamo en tres variables: "el hartazgo" que ven en la gente con respecto al aislamiento, la grave situación económica del comercio en general -a la que no escapa su rubro- y el hecho de que "no ha habido contagio autóctono en ningún gimnasio de la ciudad".
Por último, desde el sector de hoteleros y gastronómicos de Santa Fe, Rodolfo Verde asegura que de darse el retroceso de fase, “hay un montón de lugares gastronómicos que no van a poder volver a abrir. Hoy todos los comerciantes ya tienen listas las mercaderías para el fin de semana. Aplicamos todos los protocolos, es una catástrofe total”.
Llegaron los cambios
En esta etapa se generan excepciones provinciales para la circulación de personas y se mantienen las prohibiciones nacionales. El total de gente en circulación representa hasta la mitad de la población.
Esta fase de aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio implicaría reducir a un 50% la circulación de personas y tratar de evitar contactos. Es por ello que se suspenderían las siguientes actividades: Actividades religiosas; Actividades deportivas, Reuniones familiares y afectivas; Asistencia a bares y restaurantes, cementerios, museos y bibliotecas; Pesca y navegación recreativa; Enseñanza de disciplinas artísticas; Actividades artísticas y artesanales a cielo abierto; Salidas recreativas (caminatas de esparcimiento); Concurrencia a locales comerciales de shoppings.