Díaz Muller, el base que sueña con explotar en Unión
El juvenil, con minutos en Liga Argentina, habló su presente y aspiraciones
El canterano Jerónimo Díaz Muller es otro de los jugadores que tiene un recorrido en las inferiores de Unión y de a poco se fue insertando en la estructura del plantel de la Liga Argentina.
El base oriundo de Recreo charló en un extenso mano a mano y en el inicio afirmó que “tengo que hacer cosas de la Facultad, no me gusta quedarme acá y no entrenar, pero hay que hacerlo. Estoy estudiando Licenciatura en Economía en la UNL, curso de tarde on line”.
Más adelante admitió que “veo este tiempo como una oportunidad para hacer el entrenamiento invisible como se dice, si te esforzás seguramente cuando volvamos se va a notar la diferencia y habremos ganado un tiempo”.
Díaz Muller hace 10 años llegó al club (también jugaba al fútbol en Recreo) y fue recorriendo las formativas hasta tener algunos minutos la pasada campaña en el plantel profesional. En este sentido dijo que “el juego es más rápido, no es que van y vienen pero son intensos. Las jugadas se leen más rápido, yo siendo base lo tengo que hacer, te cuesta pero te vas acostumbrando a medida que entrenás y vas jugando”.
Hay una anécdota muy particular que marcó el debut del estratega en la Liga Argentina. Y lo conserva en su memoria: “Fue medio raro, porque fui a entrenar y estaba acomodando los carteles de publicidad. Juanfra (Ponce) me preguntó si me quedaba, le dije que sí, entonces me dijo que me vaya a cambiar. Estaba en el banco y Ale (Zilli) me dijo que iba a entrenar porque ganábamos por 30 con Sportivo América. Así fue y tuve la primera pelota, no dudé y me tocó marcar un triple”.
Cuando lo consultamos sobre los entrenadores que lo marcaron en este camino, Díaz Muller aseveró que “Mauro Cosolito era mi técnico en U13, yo era Mini primer año y me llamó para jugar con República en su cancha. Decían que no podía jugar peor lo hice. El que más me marcó para mí fue Gustavo Eggel, lo tuve cinco años. Me enseñó muchas cosas, ser inteligente para jugar y también cosas emocionales”.
En la parte final, no dudó en expresar que “al básquet lo tengo allá arriba y es todo, no pienso dejar. Quiero complementar con mis estudios. Básicamente sueño con poder vivir del básquet, sacrifiqué muchas cosas, ir los sábados o domingos por ejemplo, estando a veces frustrado. Siempre me esforcé, espero que me retribuya el básquet el tiempo invertido, aunque se que no voy a aflojar”.