Por Maxi Marano

Pasaron 80 años. El 9 de  octubre de 1940 nacía una de esas celebridades que rompen el molde. Esas que marcan un ante y un después en la historia. Hace ocho décadas en una casa de Liverpool en el 251 de Menlove Avenue nacía John Lennon y el mundo ya no sería el mismo.

Para conocer la vida de este genial artista es importante poder destacar tres momentos cruciales en su vida: su infancia, su amistad de con Paul McCartney con quien formaría Los Beatles y su posterior partida del grupo ícono de la música mundial su casamiento con Yoko Ono y su carrera solista.

En lo que respecta a su infancia estuvo marcada por la ausencia de su padre y dos mujeres que criaron al pequeño de Liverpool y comenzaron a forjar, inconscientemente a un ser crítico, lleno de genialidades y introspectivo con  una gran empatía al sufrimiento del mundo.

Su padre, un marinero típico y característico de una ciudad portuaria se iba a ausentar luego del nacimiento de Lennon en un momento donde las bombas caían en Liverpool. De hecho el mismísimo John en varias entrevistas explicó que su nacimiento se dio en medio de un intenso bombardeo, algo que nunca pudo ser comprobado pero sí se supo que Liverpool fue blanco de bombas entre el 7 y el 10 de octubre en la Segunda Guerra Mundial.

Con la ausencia paterna dos mujeres estuvieron al cuidado del pequeño John y sus hermanos. Por un lado su tía Mimi quien se encargó de mostrarle al pequeño el camino a seguir, qué batallas eran importantes en la vida y por qué la rebelión debe ser el camino a seguir en algunos puntos de este paso por la tierra. Por otro lado estaba Julia, su madre, quien se encargó de mostrarle los caminos de la música. Incluso fue quien le regaló su primera guitarra ese mismo instrumento que su tía odiaba y se encargó de decirle que con el no iba a llegar a ningún lado.

En 1958 la muerte iba a rondar a la familia de Lennon y su madre murió en un accidente tras caer a las vías del tren. El mundo no iba a ser el mismo para el artista.

Un año antes del fatal acontecimiento Lennon conoció a Paul McCartney con quien junto a Ringo Star y George Harrison iban a formar The Beatles: tanto su historia como la del mundo no iba a ser la misma.

Quizás acompañados por el éxito y buenas canciones los Beatles llegaron para traer una alegría que hacía falta en Europa y, forjados por grandes del rock americano el éxito se contagió por todo el mundo. La otra parte de la historia ya la conocemos todos.

Esa alegría que estaba en las canciones se volvió empalagosa al tal punto que la banda necesitó una válvula de escape. Así fue que comenzaron los viajes, esos terrestes y los de la mente. Incursionaron en nuevos lugares, músicas del mundo y drogas de todo tipo.

Fue inevitable que al salir de esa caja de éxito, gritos y glamour Lennon tenga una introspección retroactiva y volviendo a su infancia y sus carencias logre una empatía con el mundo y una necesidad de gritar lo que tanto se callaba.

De esta manera en 1967, todavía estando en los Beatles, incursionó en un  formato solista. Algo que los otros integrantes también venían haciendo pero fue Lennon el que anunció que no seguirá en el grupo y  el choque de egos provocó el enojo de McCartney ya que no fue él el primero en dar el anuncio.

Ya con Yoko Ono como una parte inseparable ( en la grabación de Abbey Road pidió una cama para que ella esté dentro del estudio) decidió formar John Lennon and the Plastic Ono Band. Su primera grabación se realizó en vivo en 1969 (Live Peace in Toronto.

Posteriormente en 1970 llega su primer disco de estudio grabado por Capitol “John Lennon/Plastic Ono Band” (Capitol/Emi, 1970). Una obra inspirada por la teoría del grito primal de Arthur Janov .

El crítico Stephen Thomas Erlewine señala que “nunca antes un disco había sido tan explícito introspectivamente, y muy pocos no hacían ninguna concesión a las expectativas del público”.

En este LP aparece Mother, un grito de ausencias ante las personas que lo abandonaron en su vida intencionalmente y no. También en otras canciones hablará de su banda anterior. En God, canción en la que desprendía de su pasado, incluso del grupo que le dio fama: “Yo era la morsa/ pero ahora soy John / Así que, queridos amigos / Tienen que seguir adelante / El sueño ha terminado”.

Posteriormente Lennon iba a editar cinco discos más: Imagine (Apple, 1971), aquí está la canción homónima que iba a funcionar como un himno de la paz en todo el mundo,  Some Time in New York City (Apple, 1972), Mind Games (Apple, 1973), Walls and Bridges (Apple, 1974) y Rock’N’Roll.

Luego de estos discos comenzaron algunos problemas con Yoko, se dedica al cuidado de sus hijos, a purificarse de todo tipo de descontrol. Es así que arranca un período de aletargo quizás provocado que terminaría en 1980 con la llegada de Double Fantasy.

Pero la muerte iba a mostrar su peor cara. El 9 de diciembre de 1980 Lennon iba a ser asesinado en la puerta del edificio Dakota, en Nueva York, de cinco balazos por una persona que preferimos no nombrar ( de hecho la causa era hacerse más famoso que él, entre otras cosas). La genialidad terminaba a los 40 años de la manera que nadie había imaginado. El beatle había muerto.

Dos cosas son claras en este recuerdo de los 80 años del genio. Primero su gran legado. Ese que es interminable e imprescindible en la historia mundial de la música.

Por otro lado, la muerte de Lennon nos deja como mensaje marcado a fuego que la muerte no quita la vida sino que mata el futuro por vivir.

Siempre será recordado por ese afán de querer cambiar el mundo. Por pensar que puede existir una manera diferente de vivir y que está en cada uno de nosotros proponer un mundo mejor sin dejar a los mismos de siempre hagan lo imposible para que las cosas estén peor.