“Kiwi, el barro y las palabras”: el CEC invita a explorar la obra del artista
Mientras se mantiene abierta la convocatoria a compartir obras del artista, a partir del 26 de octubre, se podrá realizar una visita virtual a la muestra-taller montada en el Centro Experimental del Color (Estación Belgrano).
El proyecto pedagógico-artístico “Kiwi, el barrio y las palabras” se propone reunir y celebrar la obra de Héctor Rolando “Kiwi” Rodríguez, uno de los artistas místicos del litoral santafesino. Poeta y alfarero, nació en 1941 y vivió en Alto Verde desde comienzos de los ‘80. A través de una convocatoria abierta la Municipalidad recibió préstamos de obras pertenecientes a amigos, familiares y colecciones privadas, entre quienes su obra se encontraba dispersa.
Ese patrimonio se exhibirá en una muestra-taller en el Centro Experimental del Color (CEC) ubicado en la Estación Belgrano (Bv. Gálvez 1150), desde el 26 de octubre hasta el 26 de marzo de 2021. Además se habilitará una visita virtual interactiva a través de la plataforma Capital Cultural, que estará disponible a partir del 26 de octubre en www.santafeciudad.gov.ar/capitalcultural. Esta herramienta se desarrolló por la imposibilidad de visitar la sala presencialmente debido a las medidas sanitarias vigentes.
La subsecretaria de Gestión Cultural y Educativa, Huaira Basaber, explica que a la par de exponer la obra de Kiwi, la muestra está pensada para ofrecer espacios de producción con la lógica del taller vinculados a la escritura y la cerámica. “Es una muestra que contempla experiencias con la materialidad, justamente por eso el título es el barro y las palabras. La obra de Kiwi fue exhibida hace más de 20 años, y sólo sus cerámicas. Por eso nos interesó mostrar también su poesía y que puedan surgir lecturas de cómo dialogan esos universos”, detalló la funcionaria.
La convocatoria para recibir obras de Kiwi se mantendrá abierta mientras dure la muestra, con el objetivo de que la misma crezca con la incorporación de nuevos aportes. Para establecer contacto y realizar consultas está a disposición el teléfono 342 511-8392, de lunes a viernes de 9 a 15.
Desde Alto Verde
En la producción literaria y cerámica de Kiwi pueden rastrearse los gestos propios de una creatividad cruzada por el paisaje y la vida cotidiana en las islas y el territorio costero. Solía distribuir de manera artesanal o regalar sus trabajos entre vecinos, amigos y familiares. Esa circulación es la que permitió conservar, sin el reconocimiento de las instituciones artísticas, la obra de Kiwi a lo largo de los años. Sus afectos y sus contemporáneos son quienes se encargaron de sostener vivo su trabajo.
Uno de ellos es el poeta santafesino Roberto Aguirre Molina, quien recuerda que Kiwi “escribía en el reverso del papel metálico del paquete de cigarrillos que luego fotocopiaba y distribuía”, tal como detalla en uno de los textos que forman parte de la exposición. También cuenta que “con el barro de la zona cochuraba sus piezas en un pozo hecho a la manera indígena o bien lo hacía en la cocina económica los días de lluvia. A alguno de sus ‘bichos’, como él llamaba a sus creaciones, le dibujaba un poema en el dorso, con un palillo”.
Poemas de Kiwi fueron publicados en tres plaquetas de la colección El Soplo y El Viento de Ediciones Delanada: “Poemas” (1986), “Angüeras” (1989) y “El espejo natal” (1991). Luego de la muerte del artista en 2011, las series se publicaron en forma reunida en “Salir a cazar poemas” (Iván Rosado, 2016) junto a textos inéditos.
Los oficios y las artes
En cuanto a la línea pedagógica trabajada, Basaber precisó que “la forma espontánea de producción como la de Kiwi tenía un método, que es muy interesante para retomar en una ciudad educadora como la nuestra”. Por eso la exposición del CEC pone el foco en el barro como uno de los máximos patrimonios culturales de la ciudad, punto de origen para distintas formas de producción cultural, tanto de las artes como de los oficios.
El poeta y alfarero también compartía un circuito local de artistas que exploraban, con muestras en vidrieras y ediciones de poca tirada, por fuera de lo académico y lo exhibitivo. En ese sentido, la funcionaria agregó que “la forma de producción desintelectualizada también desacraliza los lugares de exhibición y de muestra, por eso elegimos que en esta muestra haya espacios para vivenciar, para que el ámbito artístico se amplíe al campo de lo cultural y muchas más personas puedan acercarse e interiorizarse”.
Colaboraciones, préstamos y patrimonio
Desde que se comenzó a llevar adelante el proyecto se conformó un equipo integrado por personal tanto del CEC como del Museo Municipal de Artes Visuales “Sor Josefa Díaz y Clucellas”, el Museo César López Claro y el Museo de la Ciudad; quienes recepcionan los materiales y se encargan de contactar a las personas que se acercan a la convocatoria.
En los puntos de recepción de materiales que funcionaron en el Museo de la Ciudad y en el Jardín Municipal de Alto Verde antes de que se iniciara el aislamiento por la pandemia se recibieron valiosas colaboraciones, entre ellas la de Yamila Rodríguez, vecina de Alto Verde, compartió un poemario con textos escritos entre 1983 y 1992.
Al momento, se pudieron reunir libros, fotos, textos, objetos cerámicos, dibujos, recortes periodísticos y registros audiovisuales. Roberto Aguirre Molina, entre otros aportes, brindó información sobre su relación con Kiwi y realizó un plano a mano alzada de su casa, a partir de la cual se montó la instalación central en la sala.
A su vez, Juan Neme cedió retratos fotográficos y una grabación inédita en casete de una lectura de Kiwi. Gerardo Ramos, marquetero, acercó una pieza de cerámica; y la docente Estela Torti colaboró con cuatro piezas cerámicas y dos publicaciones en las que aparecen poemas de Estela Figueroa dedicados a Kiwi. Se cuenta además con nueve piezas de la colección del Museo Provincial de Bellas Artes Rosa Galisteo de Rodríguez, brindadas en préstamo.