Con texturas cremosas, sabores fuertes que dominan o solo el toque necesario de sabor para hacer resaltar los otros ingredientes; el queso es uno de los mejores complemento e incluso para comerlo solo. Pero más allá del sabor, ofrece beneficios y propiedades para la salud.

No todos son iguales, por lo que las propiedades no serán las mismas para cada tipo. Los quesos más duros suelen tener mayor aporte de calcio que los blandos. Mientras que los curados brindarán más proteínas que los frescos. Sin embargo, existen características que prevalencen.

1- Sin importar el tipo, todos contienen una gran proporción de calcio y fósforo que ayudan a mantener los huesos fuertes.

2- Ayuda a cuidar los dientes; pues reduce la acidez de la boca lo que disminuye el riesgo de caries.

3- Aporta proteínas de alta calidad, equivalentes a las de la carne.

4- Contiene vitaminas A y D, que ayudan a mejorar la vista y fortalecer el sistema inmunológico.

5- También contiene grandes cantidades de vitamina B12, que suele encontrarse con más frecuencia en la carne, y que colabora al buen funcionamiento del sistema nervioso, manteniendo las neuronas sanas.

6- Tiene casi todas las mismas propiedades que aporta la leche, pero a diferencia de esta, no contiene grandes cantidades de lactosa; por lo que puede resultar más conveniente para las personas con intolerancia, siempre que se consuma con moderación.

Eso sí, contiene una gran cantidad de grasa, por lo que debemos tener cuidado de consumirlo en la proporción adecuada; especialmente si existe una enfermedad cardiovascular presente.