Alimentos que conviene evitar en la cena

Una lista de los que es mejor reducir o evitar su consumo y algunos mitos al respecto

Existen alimentos que pueden sentar peor por la noche y, por ello, conviene no comer en la cena. A continuación, una lista de los que sugieren evitar y algunos mitos al respecto sobre cada uno de ellos.

El melón y otras frutas

De comer fruta por la noche se dice de todo, no solo que siente mal, sino que podés engordar, algo que que es absolutamente mentira. Aunque es cierto que hay alimentos que se digieren peor por la noche, lo que no es verdad es que, porque comas banana o huevo, te vaya a sentar mal la cena.

Alimentos grasos

Un aspecto que conviene matizar es que no es lo mismo prohibir un alimento que aconsejar que se limite su consumo o se espere un tiempo prudencial antes de acostarse. La mayoría de las recomendaciones van en ese sentido. Con algunos conviene esperar antes de irse a la cama, pero por una cuestión puramente funcional: si comemos alimentos muy grasos, la grasa retrasa el vaciado gástrico, es decir, van a estar más tiempo en el estómago. Si nos vamos a la cama inmediatamente o al poco rato, probablemente vamos a tener una digestión más pesada y es posible que nos despertemos o nos desvelemos. Esta recomendación va dirigida, especialmente, a quienes tienen ardor de estómago, hernia de hiato u otros problemas digestivos.

Los cítricos y la acidez

Los cítricos, como las naranjas o las mandarinas, pueden formar parte del menú nocturno y cuentan con el beneplácito de las expertas. No obstante, reconocen que pueden crear alguna molestia, fácilmente solventable y que no afecta a todo el mundo por igual. Lo que pasa con los cítricos, como ocurre con otros alimentos -como el café- es que a veces hacen que el esfínter que une el esófago con el estómago no cierre bien. Por eso, parte del contenido del estómago puede ascender y surge el ardor, que lo percibimos en la boca del estómago pero en realidad es la mucosa del esófago lo que se resiente. Pero no se produce porque los cítricos sean ácidos, que lo son, pero el jugo gástrico lo es mucho más, sino por la relajación que inducen en el citado esfínter. La solución es evitar recostarse justo después de cenar, aunque sea para ver la tele.

Chocolate, café y té

Conviene evitar los estimulantes antes de irse a dormir, aunque afectan más a unos que a otros. Asimismo, son poco aconsejables para personas con reflujo gastroesofágico o gastritis. Es mejor que tomen por la noche infusiones digestivas en vez de té o café. El alcohol tampoco es un buen aliado del descanso nocturno y la digestión.

Legumbres y gases

Son otro grupo de alimentos muy sanos que ocasionan ciertas molestias: especialmente, gases. No obstante, muchas veces el problema puede ser más el chorizo del guiso que las lentejas con los que está hecho. También hay que considerar que algunos no están acostumbradas a comer legumbres.

Verduras y hortalizas

Si no se está habituado a comer vegetales crudos, al principio tiene más gases porque está introduciendo fibra en grandes cantidades y tanto su aparato digestivo como las bacterias de su microbiota intestinal tienen que adaptarse. Con las legumbres pasa exactamente lo mismo.

En personas con tendencia a tener muchos gases limitar las crucíferas, como la coliflor, el brócoli o las coles puede ser una buena idea; mejor consumirlas al mediodía.

Picantes

Pueden generar los mismos problemas que los cítricos. Se aconseja restringir su uso en la cena, pero solamente a las personas con problemas digestivos. No hay motivo para desaconsejarlos a quienes los toleran bien.

Embutidos

El problema es que no son especialmente saludables. Es una carne procesada. Hay que evitar su consumo a cualquier hora. Se trata de alimentos grasos, con la consiguiente repercusión en la digestión. Por lo tanto, se plantea el mismo problema si los comemos a las tres y nos tiramos a dormir la siesta: pueden retrasar el vaciamiento gástrico, además de constituir productos que no es conveniente incorporar en una dieta saludable de forma habitual.

Mejor recurrir a otras opciones de cenas rápidas y más saludables: por ejemplo, con verduras congeladas o cocidas, o bien con legumbres en conserva que están simplemente cocidas, con las que podemos hacer una ensalada o una crema tipo hummus.

Es recomendable que la cena sea ligera: una verdura cocida y una proteína ligera y no acostarse inmediatamente después de cenar. Lo ideal es esperar al menos una hora.