La sensación táctil es una parte esencial del sistema de defensa que protege el cuerpo al alertarnos sobre la presencia de objetos en el entorno que podrían hacernos caer o herirnos.

Además, es parte del sistema de detección que evolucionó a lo largo del tiempo para protegernos de los insectos que puedan picarnos, al provocar una sensación de picazón cuando esto ocurre. Así podemos defendernos y actuar contra la sustancia agresora.

Es decir, la picazón no es algo que nos sucede para molestarnos sino para advertirnos de un peligro. Para aliviar la comezón, podemos hacer lo siguiente:

– Evitá todo contacto con lo que creas que te esté causando la comezón.

– Mantené fresca y húmeda la zona que le pica. Aplicá una toallita empapada en agua helada, o tomá una ducha o un baño frescos. Pero recordá que mojar y secar la piel de manera reiterada acabará resecándola.

– Evitá duchas o baños calientes. Mantené el agua tan fresca como puedas tolerarla.

– Añadí a tu baño un puñado de avena (molida en forma de polvo), o probar un producto a base de ella.

– Aplicá una pasta de bicarbonato de sodio mezclado con agua.

– Si cualquiera de estos remedios caseros empeora la comezón, dejá de usarlos.

Para evitar que empeore

– Mantenete alejado del sol y en un lugar fresco. El calor aumenta la comezón.

– Usá la menor cantidad de jabón posible y que sea uno suave. Evitá los fuertes y los jabones desodorantes alrededor de ampollas o de un salpullido.

– Probá una compresa fría de agua salada. Prepará la solución para la compresa con dos cucharaditas de sal mezcladas en 1 litro de agua fresca. Humedecé un paño con la solución y aplicala en la piel.

– Evitá la piel seca, lo cual empeorará la comezón. Aplicá una crema hidratante o loción de calamina en la piel mientras está húmeda.

– Probá lavar la ropa con un detergente suave. Enjuagá dos veces para eliminar todos los rastros del producto de limpieza. Evitá los detergentes fuertes cuando tengas sarpullido.

– Si el estrés parece causarte comezón o agravarla, tomá varios descansos durante el día para hacer ejercicios de relajación, especialmente antes de irte a dormir. Sentate o acostate y tratá de despejar la mente. Concentrate en relajar cada músculo del cuerpo, empezando por los dedos de los pies y subiendo hasta la cabeza.