Tips para evitar el picoteo durante el home office

Frente al hambre emocional, lo ideal es organizarse.

Acostumbrados a comer a nuestras horas -llevando, quizá, algún tentempié para la oficina-, nos hemos encontrado durante meses trabajando a pocos metros de la heladera. Esto, sumado al momento de estrés físico y psicológico que estamos viviendo, ha provocado que muchos desorden su forma de comer y aparezca el picoteo constante. Insano, para mayor problema.

Lo más importante es saber detectar si querés picar algo porque tenés hambre fisiológica o emocional. La física es una sensación de vacío en el estómago que puede ser más o menos intensa en función de la hora del día o de la cantidad que hayas comido en la comida anterior, llega gradualmente y puede sostenerse sin mucha incomodidad. Se satisface con cualquier alimento que, una vez comido, te deja saciado, pudiendo dejar de comer sin esfuerzo.

Por su parte, la emocional puede llegar incluso cuando el estómago está lleno. Se presenta cuando sentimos una emoción (aburrimiento, tristeza, estrés, soledad, rabia, angustia…) que, inconscientemente, empuja a comer para entretenerse o que esa emoción que nos desagrada desaparezca, que se tape. No se satisface con cualquier alimento, sino que busca altamente palatables (muy dulces, muy salados, altos en hidratos de carbono, etc). El hambre no siempre se calma después de comer.

Si creés que vas mucho a la heladera por hambre física, quizá te hace falta organizarte mejor y marcar bien los horarios. Primero, para no ceder a la improvisación y porque, además, la base de una buena nutrición es respetar los horarios. Hay que hacer un desayuno, una media mañana, una comida, una merienda y una cena. Si no te saltás esos tentempiés, sabrás que no se trata de hambre física.

Si sos organizado y te planeás tus comidas completas y tus meriendas a mediodía y media tarde, será difícil que te asalte el deseo de lanzarte a la heladera. Ahora bien, el hambre emocional no se puede prever.

De pronto, ocurre. Llegado ese momento, hay que ser realista y hay muchas emociones que están al límite: estrés, ansiedad, miedo, incertidumbre y mucho agobio por trabajar en casa, teniendo muchas veces que compaginar el trabajo con las tareas domésticas, la atención a los niños o a los padres, sin horarios marcados, descansando mal, etc.

Cuando llega ese momento, ser organizado juega a tu favor, lo mejor es comer, pero para que sea sostenible y no te haga sentir peor aún, lo ideal es hacer picoteos saludables. Y tenerlos previstos en casa.

Dulce, salado, líquido, sólido, cremoso, crujiente… pero saludable. Por ejemplo, tener siempre a mano fruta, frutos secos (un puñadito, no una bolsa entera). Un yogur con semillas a modo de topping puede ser también un buen tentempié. Otra opción es un pedazo de pan con un embutido de buena calidad, sin abusar.

Para que el hambre emocional no te lleve a vivir otro mal momento (de culpa, insatisfacción, malestar incluso físico…) hay que saber lidiar y evitar que te lance a elegir opciones poco saludables que no ayudan. Los dulces, productos a base de harinas y aceites refinados provocan picos de glucosa que hacen que comas más, peor, y te sacies menos.

Un gran tentempié para tener a mano son las legumbres: hummus de garbanzos o crema de remolacha, para untar con una zanahoria cruda, pimiento crudo, apio, pepinillos. La verdura cruda es una bomba antioxidante que sacia mucho y aporta fibra. Un batido de un lácteo con una pieza de fruta, puede ser otra idea.