Las almendras tienen un alto contenido calórico, como todos los frutos secos, pero es una fuente nutricional imprescindible, casi al mismo nivel que las nueces, el fruto seco más saludable que existe.

Los beneficios son múltiples: desde el fortalecimiento de la salud cardiovascular, el equilibrio dietético, o la prevención de enfermedades como la diabetes tipo 2 gracias a su composición saludable y nutritiva.

Para comerlas, hay dos opciones principalmente: crudas o fritas. Estas últimas, salteadas con un poquito de sal son una exquisitez cuando se doran bien en la sartén, pero son menos saludables que si se consumen crudas.

En cuanto a los platos en los que se pueden añadir, además de comerlas simplemente como snack de media mañana o en la merienda, se pueden usar en ensaladas, como un muesli casero si lo mezclás con otros frutos secos y cereales y lo tostás todo junto en el horno -es perfecto para tomar con yogur, por ejemplo-, o en salsas.

Además, se usa mucho para elaborar la bebida vegetal como alternativa a la leche de vaca y a otras bebidas vegetales como la elaborada con avena. Y no puede faltar su uso como harina, ideal para envolver el pollo o cualquier otro ingrediente y sustituir así la refinada tradicional. Por último, también es un ingrediente de repostería.