Reinick: "Estoy shockeado, me provocó mucha tristeza"
El Colo contó en Diez en Deportes cómo fue la brutal agresión que recibió de parte de los hinchas de Peñarol en Mar del Plata, donde viste la camiseta de Quilmes.
El jugador de Quilmes Alejandro Reinick resultó agredido esta tarde por hinchas de Peñarol, en la ciudad de Mar del Plata, donde se está disputando una de las burbujas del certamen de ascenso, la Liga Argentina de básquetbol, en el Polideportivo Islas Malvinas.
El interno del Indio, de 42 años, estaba sentado en un banco de una plaza situada en Tucumán y Roca, de la ciudad balnearia, vistiendo un pantalón corto de la entidad que tiene la sede en la avenida Pedro Luro.
En ese contexto, el Colo Reinick fue abordado violentamente por tres simpatizantes milrayitas y uno de ellos le propinó un golpe en la cara, lo que le produjo heridas en el ojo derecho, según consignó el sitio especializado Pick and roll. El jugador realizó la correspondiente denuncia policial por la agresión sufrida. El hecho causó un enorme repudio en las redes sociales, de parte de simpatizantes de ambas instituciones.
Aun cuando hoy viste la camiseta de Quilmes en la Liga Argentina, el santafesino también vistió la camiseta de Peñarol entre las temporadas 2009 y 2011, donde consiguió el tricampeonato de Liga Nacional. Reinick también jugó para Atenas de Córdoba, Libertad de Sunchales y Gimnasia de Comodoro Rivadavia, entre otros clubes.
Reinick habló con Diez en Deportes, por LT10 (AM 1020) y FM "X" (103.5), donde comenzó diciendo: "No puedo comprenderlo, ni tampoco trato de comprenderlo. No sé cómo piensa esta gente, estoy shockeado y sorprendido por esta situación. Lo que más me provocó fue tristeza. No me lo esperaba".
"Es una plaza que queda a metros de mi casa, no miento ni exagero, voy cuatro o cinco veces por día, llevo las perras, voy a tomar unos mates. Siempre hay gente de Peñarol, que siempre recuerda mi paso por ese club, por el tricampeonato. La gente me saluda, me trata de la mejor manera, me piden una foto, se acercan a charlar, me preguntan por Campazzo, por Sergio Hernández. Yo no tengo ningún problema, qué más quiero que me recuerden de esa forma. El verdadero hincha y algunos barrabravas se acercan a mí y hablamos de la mejor manera", agregó el santafesino en otra parte de la charla.
Mientras que luego, el Colo afirmó: "Fui en mi auto, porque estaba haciendo unos mandados, aprovechando la tarde libre fuimos a la plaza, me bajé del auto y me empezaron a decir cosas, pero pensé que era broma, pero cuando me di cuenta me estaban cagando a trompadas, me agarraron con la guardia baja, estaba teniendo un día normal, paseando a mis perras, pero cuando me di cuenta tenía cuatro tipos y una mujer tirándome patadas, yo estaba en ojotas, tomando mates. Mi señora llamó a la policía, que tardaron 10 minutos, pero con toda esta gente arriba se hizo interminable".
Pero no se quedó alli, y Reinick agregó: "Fue a las 16.30, esa mañana recibimos la noticia que un compañero sufrió una lesión complicada, y decidimos almorzar juntos, para acompañarlo. Tenía la tarde libre, vine a mi casa a buscar a mi señora, paramos en la plaza para que paseen las perras, la plaza estaba repleta de gente, era un día veraniego. La gente miraba y no podía creer lo que estaba pasando. Nunca los había visto, sé que están vinculados a la barra".
"Es un enano divino, tiene esas cosas. Uno se da cuenta lo que logró y lo que simboliza, tiene un grado de inconsciencia que lo protege de todo eso. Sale a la calle, saluda, como si estuviera jugando acá. Lo quiero muchísimo, de mi época de Peñarol lo vimos crecer desde que era un juvenil, tiene este tipo de gestos, pero lo llevo en mi corazón por todo lo que compartimos durante muchos años", cerró el Colo.