Malestar por la decisión de retirar la orden de los dominicos de la ciudad
Se trata de una congregación que tiene 500 años de historia, que tiene sede en el convento Santo Domingo que es patrimonio histórico nacional y que tuvo un gran importancia en la historia política y cultural de Santa Fe.
La orden religiosa de los dominicos tomó una drástica y polémica decisión, que está avalada por Roma: retirar la congregación de la ciudad de Santa Fe. Esta orden tiene un lugar muy importante en la historia de Santa Fe ya que tuvieron un templo en Santa Fe la Vieja (Cayastá) y luego se mudaron junto a todos los pobladores e instituciones, manteniendo su lugar en la traza de la nueva ciudad.
Dalmiro Saux, laico dominico santafesino, confirmó que una orden de cierre formal de la congregación en nuestra ciudad junto a la de La Rioja. Según las autoridades religiosas, no hay suficientes frailes y debrían tener una vida conductual”.
Además, Dalmiro Saux agregó que “la orden dominicana nunca fue muy numerosa como los jesuitas o franciscanos. El número de frailes en nuestro país no ha cambiado demasiado. En nuestra iglesia hay dos misas diarias, tienen mucho tiempo para confesar (porque no tienen las tareas de una parroquia) y todo el tiempo están dando cursos”.
Consultado sobre la importancia historia de esta congregación en nuestra ciudad, el laico dominico recordó que “ellos llegaron en el 1600 a Santa Fe la vieja y luego se vinieron para acá con toda la ciudad. El edificio es monumento histórico provincial y nacional. La Iglesia es bellísima. Esta semana, la provincia se comprometió a otorgar fondos para restauración. A la cúpula le dicen el pequeño San Pedro de Santa Fe. Hay un cuadro antiquísimo; hay frescos de Cingolani (un artista que supo trabajar en la Capilla Sixtina)”.
En este sentido, agregó que “por este lugar (el viejo edificio) pasó Belgrano porque era laico dominico. Domingo Cullen, el ministro de Estanislao López, era dominico y está enterrado en esta Iglesia. Está enterrado Candioti, el príncipe de los Gauchos y Rosa Galisteo de Rodríguez. También, sigue enterrado Corral de Bustos. Desde los histórico y cultural esto es riquísimo. No se puede borrar de un plumazo 500 años de historia”.
Finalmente, Dalmiro Saux remarcó que “esperamos que la sociedad santafesina se rebele y no permita este atropello. No sabemos qué ocurriría con el edificio si la orden se retira. Hay que ver si el arzobispado quiere hacerse cargo del edificio, poner religioso, mantenerlo abierto y cuidarlo para que no se deteriore más”.