Los frutos rojos, además de tener un particular sabor, son muy saludables para el organismo, ya que son una estupenda fuente de nutrientes y antioxidantes.

Los flavonoides son unos compuestos antioxidantes que están muy presentes en este tipo de frutos. Dentro de los flavonoides, el subtipo de las antocianinas está muy relacionado con un menor riesgo de padecer hipertensión. Este antioxidante es especialmente interesante, pues también protege los vasos sanguíneos y las neuronas, además de ayudar a reducir el colesterol y favorecer el buen funcionamiento del sistema cardiovascular.

Como ocurre con otras frutas, estas son una gran fuente de fibra, motivo por el que se recomienda consumir cinco raciones al día. Contienen altas cantidades de vitamina C y antioxidantes gracias a los polifenoles, unas sustancias que, según diversos estudios científicos, ayudan a prevenir el desarrollo de enfermedades como la diabetes, el cáncer o enfermedades neurodegenerativas.

La presencia de fibra en su composición las convierte en un alimento perfecto para cuidar el intestino, así como el sistema inmune. Son estupendas para controlar el apetito y mantener los niveles de glucosa en niveles estables, evitando así los picos de insulina que nos llevan a comer en exceso.

Arándanos: entre otros beneficios, ayudan a prevenir infecciones urinarias como la cistitis, mejoran la salud cardiovascular y combaten los radicales libres por su acción antioxidantes..

Cerezas: aportan una buena dosis de antioxidantes y ácido fólico, ideal para las embarazadas. Su aporte de calorías es bajísimo. Contienen melatonina, por lo que ayudan a conciliar el sueño.

Frambuesas: protege el corazón gracias a sus flavonoides y controla la diabetes debido a su alta cantidad de fibra que ayuda a mantener estables los niveles de azúcar en sangre. Es rica en vitamina C, ya que 100 gramos aportan aproximadamente el 42% de la cantidad recomendada de este nutriente al día.

Frutillas: contienen altas cantidades de vitamina C, E y betacarotenos, los tres antioxidantes por excelencia. Poseen propiedades antiinflamatorias y su aporte calórico es realmente bajo.

Grosellas: además de vitamina C, aportan altas cantidades de vitamina A, potasio, hierro, magnesio y calcio. Contienen hasta 65 compuestos fenólicos con propiedades antioxidantes.

Moras: aportan fibra, vitaminas C y E, ácido fólico, hierro y altas dosis de antocianinas (antioxidantes). También contienen aceites oleico, palmítico, linoleico y linolénico que cuidan la salud cardiovascular.