Cornalis: un brutal castigo físico hasta la muerte para poder salvar a su familia

El gerente fue castigado por los tres delincuentes que lo emboscaron. Pero resistió la golpiza hasta la muerte sin llevarlos a su vivienda y así logró salvar a toda su familia.

 El crimen del gerente de la fábrica de quesos "22 de marzo", Hugo Cornalis, nos ubica en un crimen atroz porque el presunto autor intelectual y organizador de semejante tropelía criminal fue su amigo y exsocio. Ese contexto, definido en esos límites, remite a cuestiones que son más propias de la psicología cuando no de la psiquiatría, para entender que se le cruzó por la cabeza al  hombre de 38 años, que fue el autor intelectual de organizar y contratar a tres delincuentes que emboscaron,  privaron de la libertad, y luego desviándose del plan original que era el robo de millones de pesos que estaban en su casa de la localidad de María Juana, lo terminaron matando. Pero, a todas luces, quedó claro que Cornalis asumió su martirio personal hasta la muerte, antes que llevar a los ladrones a su vivienda particular y exponer así  a toda su familia.

Emboscada

En la mañana del viernes 16 de abril alrededor de las 5 de la mañana, tres delincuentes agazados emboscaron al gerente y tesorero de la fábrica de quesos Cooperativa 22 de Marzo, Hugo Cornallis, cuando éste  en el portón de acceso, luego lo neutralizaron y lo maniataron y lo subieron al asiento trasero de su auto. Después, alrededor  de las 10  de la mañana, Cornalis fue hallado asesinado a golpes en el asiento trasero de  su auto.Y más tarde, 24 horas después cuando abrieron el baúl hallaron más de 8 millones de pesos en efectivo que pertenecían a la  empresa para la que trabajaba. 

Enemigo de su amigo

Pero, en  realidad, este no es un análisis estricto de las  cuestiones relacionadas con los casos de la crónica policial y judicial de época, sino por el contrario, es una suerte de mirador elevado en la pretensión de ingresar en el alma humana para tratar de entender, porque alguien puede convertirse en el enemigo de su amigo, hasta llegar  al paroxismo de ser el presunto el autor intelectual, organizador y contratante de tres delincuentes, que  tenían previsto robar a su víctima, y a la que en realidad terminan asesinando a golpes.

La historia

En el año 2016, varios trabajadores de la empresa láctea Luigi SRL, 13 en  total entre  los que estaban dos amigos personales, Hugo  Cornalis de 57 años y R. D. M. de  38,  los que por imperio de una situación económica y financiera de la anterior empresa debieron hacerse cargo de la firma  a través de  una cooperativa a la  que  denominaron 22 de marzo.  Ambos eran amigos, y ahora la situación extrema, los convirtió también en socios. Pero en 2020 hubo dos situaciones que rompieron esa relación.  La primera fue cuando  lo sorprendieron hurtando mercaderías a R. D.  M., y entonces el resto  de los socios  lo apercibieron de común acuerdo, y en la segunda oportunidad, y ante la reiteración de la misma inconducta, resolvieron de común acuerdo,  despedirlo  e indemnizar con 300 mil pesos. Ese momento único, analizado ahora a la luz de los acontecimientos posteriores, fue el comienzo de un plan criminal que se fue de las manos, y no terminó con el robo de millones de pesos, sino con un crimen aberrante.

Rencor infinito

La inquina, el odio y el resentimiento  que anidó el alma de R.D. M.  después de su despido de la cooperativa que lo como  a uno de sus 13  integrantes durante varios años, fue carcomiendo todos los valores en los que se fomenta la amistad y las historias de pago chico. Esos lazos  rotos, cultivaron en el hombre desplazado y como consecuencia de sus hurtos  reiterados, no una toma de conciencia positiva sobre sus errores, sino todo lo contrario,  la venganza sería el instrumento para sanear su orgullo ultrajado y a cualquier costo. 

Un plan perfecto

En ese derrotero, y con información privilegiada sobre el movimiento administrativo de la empresa, el exempleado  de la cooperativa 22 de Marzo, ya que hasta hacía unos meses fue uno de los 13 integrantes, tejió la siniestra urdimbre de un plan criminal contra quien fue  su amigo durante muchísimos años, Hugo Cornalis.  Así fue como llegó a contactarse  con tres delincuentes oriundos de la ciudad de Paraná, Entre Ríos, y  les explicó el plan en detalle que les reportaría millones de  pesos en ganancias. Parecía un plan perfecto.

Botín en partes iguales

El exempleado se reunió con el trío de delincuentes oriundos de Paraná, y les explicó el plan. El trío, solo debían tomar y neutralizar  por la fuerza al gerente y tesorero Hugo Cornalis cuando éste llegara a las 5 de la mañana a la fábrica de quesos cooperativa 22 de Marzo en Eustolia, y  se lo llevarían cautivo en su auto. Luego, sería llevado hasta su casa familiar en la localidad de María Juana, entrarían a su vivienda familiar, y harían lo mismo con el resto  de su familia,  apoderándose del botín de millones de pesos. Luego, los tres delincuentes, huirían, y cinco días después previeron un encuentro entre los cuatro en la ciudad de Santa Fe, para el reparto del botín.

Algo salió  mal

Pero, como casi siempre, lo escrito  en un papel, casi nunca ocurre tal cual en la realidad. Por algún motivo,  la primera parte del plan sucedió como  fue prevista, pero Cornalis había contratado un guardia que denunció la emboscada a la Policía. Al  lugar llegaron varios  patrulleros  que se cruzaron con los delincuentes, que finalmente asesinaron al gerente  y escaparon, sin saber que más de 8 millones y medio de pesos estaba en el baúl del  auto. 

Para salvar a su familia

Cornalis fue sometido a un brutal castigo para que llevara a los delincuentes a su casa familiar en María Juana, y  él, pensando en las consecuencias que sufriría su familia, prefirió sufrir lo indecible hasta el martirio de pagarlo con su vida hasta la muerte para no exponer a los suyos. 

Resentimiento infinito

Surge con claridad que todo el andamiaje estuvo montado  por una sola persona, que estaba completamente frustrada porque lo echaron de su trabajo por su culpa por las dos faltas graves cometidas, pero  aún así fue indemnizado. Que  es probable que el resultado del crimen sea superior a sus verdaderas intenciones, pero de las que deberá hacerse cargo, porque esas posibilidades siempre existen cuando se trata con delincuentes. Sin dudas, la brutal y criminal venganza con base en el resentimiento humano, fue lo que llevó al organizador del robo, a pergeñar un delito que se convirtió en otro más grave, y en el que fue asesinado su amigo, el mismo que le consiguió la indemnización cuando lo despidieron por robar en la cooperativa de la que formaba parte.