Por la pandemia un bar debe cerrar sus puertas: “Hay que dejar de sangrar”

Las restricciones en el horario comenzaron a marcar una fuerte caída, que quedó sentenciada con las semanas de cierre total y venta por delivery. Ahora tiene que pagar deudas.

Al igual que muchos locales de distintos rubros, la pandemia los puso en jaque y derivó en que tuvieran que cerrar sus puertas.

Esta es la situación de Leandro Fontanini, propietario de Oliver Restó & Cocktail Bar, ubicado en Domingo Silva y Belgrano. Luego de dos años y medio desde que abrió y atravesado por una pandemia que ya llega al año y medio, debió cerrar, al menos hasta que termine de pagar las deudas acumuladas y mejore la situación en la ciudad.

“Cuando empezaron las restricciones horarias, bajó muchísimo el nivel de clientes. De trabajar un fin de semana con el bar completo pasamos a tener entre 15 y 18 cubiertos” contó Leandro al Móvil de LT10.

 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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Después tuvo que cerrar y trabajar sólo con la modalidad delivery, ahí “fue peor y quedamos a la deriva del delivery, pero no es suficiente para bancar toda la estructura. Me alcanzaba hasta para reponer la mercadería, y últimamente ni para eso” agregó.

“Se hizo una pérdida de plata constante, y de seguir acumulando deudas, porque el alquiler no se puede pagar, la luz no se puede pagar, el gas no se puede pagar y el IVA” aseguró sobre una situación económica crítica que no pudo sobrellevar ya que tampoco pudo recibir los beneficios.

“Yo vengo bancando el bar solo desde el año pasado. Este año saque un préstamo para pagar las deudas del año pasado y ahora tengo que empezar a pagarlas” sostuvo sobre un local que contaba con siete empleados que hoy ya se quedaron sin su fuente de ingresos.

“Tengo que parar de sangrar” fue la frase que eligió para describir lo que está pasando hasta ahora, ya que “al no trabajar me ahorro de perder un montón de plata”.

Audio: Leandro Fontanini, propietario del bar

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El Bar Oliver, en sus épocas de plenitud y sin pandemia