La cerveza es una de las bebidas más populares, pero su consumo en exceso puede ser muy riesgoso para la salud. Si bien puede tener efectos positivos en el cuerpo, si se exceden las dosis recomendadas podría generar daños irreversibles.

Mayor riesgo de muerte: beberla a diario genera dependencia al alcohol. Por lo que los bebedores compulsivos tienen un riesgo de muerte prematura mucho más elevado que los que beben de forma moderada o no consumen.

Más propenso a tener depresión: los que consumen alcohol a diario y en cantidades altas tienen un riesgo significativamente mayor de depresión en comparación con los bebedores moderados y los no bebedores.

Puede derivar en enfermedades hepáticas, obesidad y cáncer: consumir más de 30 gramos de alcohol al día incrementa el riesgo de enfermedades hepáticas como la cirrosis y aumenta el peligro de obesidad: una cerveza tiene en torno a 150 calorías. Además, investigaciones vinculan cualquier ingesta de alcohol con mayor riesgo de cáncer, incluidos los de garganta y boca.

Aumento de peso: las calorías vacías de la cerveza engordan. También, al igual que las gaseosas, es una bebida que sacia y podría evitar que consumas otros nutrientes necesarios, que comas poca fibra o exceso de carbohidratos: una cerveza promedio puede tener entre 6 y 35 gramos de hidratos de carbono por porción.