Julia Sebastián: "Vestir la celeste y blanca siempre fue un orgullo"
En Olímpico Todos Los Días, conocé más sobre la nadadora que representará nuevamente a Argentina en los Juegos. Sus orígenes, su presente, el objetivo en Tokio y uno de los recuerdos más lindos de su debut en Río 2016.
Julia Sebastián tendrá en Tokio 2020 su segunda experiencia olímpica, clasificada para los 100 y 200 metros pecho. En Olímpico Todos Los Días, nos habla de sus orígenes en Santa Fe, qué significa la natación en su vida, del recuerdo sobre la importancia de contar con la presencia de sus familiares en su debut en Río 2016 y del orgullo de integrar la Selección Argentina.
En Olímpico Todos Los Días vas a poder conocer más sobre algunas de las figuras que representarán a la Argentina en los próximos Juegos Olímpicos Tokio 2020. Sus inicios, cómo se preparan, el sentimiento de vestir la celeste y blanca y más.
Para mí ir a un Juego Olímpico es un sueño.
Soy Julia Sebastián, nadadora olímpica argentina. Tengo 27 años y Tokio va a ser mi segundo Juego Olímpico.
Mi relación con la natación es una tradición familiar. Soy de Santa Fe capital. Mi papá era entrenador de Gimnasia y Esgrima y mi hermano practicaba natación ahí también, pero empezamos a entrenar y a competir en Regatas de Santa Fe. Fue de donde salió mi abuelo siendo olímpico de waterpolo.
Cuando era más joven nadaba los cuatro estilos, entonces competía en todos e iba viendo en cuál me destacaba más. Hoy soy una atleta que ya tiene formado un estilo y lo perfecciona en el entrenamiento, no en la calidad del estilo.
Desde el primer momento que pude vestir la celeste y blanca fue siempre un orgullo. Después ya se volvió hasta una rutina. Pude estar en muchísimas selecciones que me dieron la oportunidad de representar al país y tal vez traer algunos títulos que me han dejado muy satisfecha.
La natación para mí es un estilo de vida. Algo que hago hace más de 15 años. Es una rutina de relación diaria con el agua y con el estrés físico que tiene un deportista de alto rendimiento.
En Río 2016, antes de nadar, escuchaba a mi familia pero no la podía encontrar en la tribuna. Yo los buscaba, cuando salí del agua los vi y fue algo súper emocionante porque era como que estaba cumpliendo mi sueño y ellos podían estar ahí cerca. Podían estar viendo lo que había logrado y todo el esfuerzo que había hecho para llegar ahí. Que ellos estén presentes también era como devolverles un poco todo lo que me apoyaron.
Cada uno tiene que vivir su momento para llegar más allá del objetivo. Antes era un poco más ansiosa, un poco más nerviosa, pero hoy creo que lo vivo con un poco más de presente, un poco menos de ansiedad y tratando de prepararme lo mejor posible por todo lo que ha pasado el año pasado.