La ilusión de Leo Lema en Unión: "Queremos salir campeones y quedar en la historia"

El perimetral, que se sumó al Tatengue en el cierre de la Fase Regular y le aporta un salto de jerarquía al plantel de Juan Ponce, comparte sus sensaciones de este presente feliz y sobre todo exterioriza el enorme deseo del equipo de conseguir el ascenso.

Unión de Santa Fe confirmó esa regularidad que tanto lo caracterizó durante esta temporada 2021 y jugará las Finales de la Liga Argentina, buscando el codiciado ascenso a la próxima Liga Nacional. El Ángel Sandrín se vistió de fiesta el pasado sábado cuando el elenco santafesino sentenció 2-1 su serie ante Villa San Martín, consagrándose campeón del Norte y clasificándose a la llave por el título y el boleto rumbo a la elite, donde se cruzará con Villa Mitre.

"No te das una idea lo que estoy disfrutando y lo feliz que estoy acá", cuenta un emocionado Leo Lema apenas recibe el llamado de Prensa AdC. No puede ocultar esa alegría que lo desborda y es entendible, porque no dejamos de estar ante un pibe de apenas 23 años que hoy está viviendo una instancia soñada con su flamante equipo. Llegó a Unión hace poco más de un mes y ya se siente como en casa, con la complicidad de las aspiraciones deportivas que fueron lográndose, pero sobre todo disfrutando de un grupo que lo recibió con los brazos abiertos desde siempre.

"Todo esto que está pasando, y lo que estoy sintiendo y viviendo, es gracias al equipo, al cuerpo técnico, los kinesiólogos... a todos. Desde que el primer día en el que llegué a Santa Fe fui uno más del equipo, no hicieron diferencias para nada. Estoy contentísimo con todo lo que está pasando acá en Unión", agrega Leo.

¿Cuál es el secreto de este Unión finalista? Si bien Lema se acopló a un grupo ya amalgamado desde hace tiempo, en el primer momento supo ver que había mucho talento. No obstante, el pampeano remarca que esa bien llamada mancomunión que tienen es la principal clave de este exitoso camino que están recorriendo.

"La unión del equipo tiene mucho que ver en esto de los resultados y demás. Este es un grupo en el que se nota que todos disfrutan tanto dentro como fuera de la cancha todo el tiempo, y ese es un plus enorme. Eso es lo que tiene este equipo que hace que hoy se encuentre de esta manera, y que haya llegado a esta instancia de la Liga. Yo estoy feliz y disfrutándolo mucho, pero me imagino que todos ellos, al estar desde el arranque de la temporada todos juntos, deben estar el triple de contentos", expresa.

A la hora de analizar las razones del equipo, el proyecto deportivo que encabeza la institución tiene mucho que ver. Sumó varios jugadores de experiencia y calidad, donde se pueden mencionar a Maxi Martín, Miguel Ísola, Erbel De Pietro y Cedric Blossom; pero los que también salieron a dar la cara fueron los pibes de la institución, esos que germinan desde las inferiores y que hace tantos años juegan juntos, que demostraron estar a la altura y fueron figuras, como Andrés Jaime, Jordi Godoy, Mati Borsatti, entre otros.

 “Este es un grupo en el que se nota que todos disfrutan tanto dentro como fuera de la cancha todo el tiempo, y ese es un plus enorme", describe Leo.

"Obviamente que la unión de grupo ayuda y es un plus, pero creo que Unión tiene el combo perfecto y eso hace que haya podido llegar a este momento. Tiene una base de chicos súper atléticos y intensos; con Migue (Ísola) y Maxi (Martín) tenemos las dos voces de la experiencia que aportan muchísimo al grupo en todo sentido; Cedric que entiende todo y hace todo lo que el equipo necesita para ganar; y sobre todo el corazón y la inteligencia de dejar todo tipo de ego por el bien del equipo", razona el talentosísimo alero. 

Hoy es cuando Leo rememora la decisión de haber aceptado la propuesta que le acercó el club albirrojo. No fue fácil dar el sí, porque venía de un año con algunos grises desde lo deportivo, con resultados colectivos que no fueron los mejores y luchando con Atenas por no perder la categoría (NdR: finalmente logró la permanencia tras superar a Bahía Basket en la serie decisiva). A eso, se le sumó la circunstancia de volver a estar un tiempo más alejado de casa, de su familia y afectos.

"El primer llamado que recibí de Unión fue cuando terminé la temporada con Atenas, y la verdad es que venía muy cansado mentalmente. Si bien a muchos de los chicos los conocía, no estaba con las ganas al 100% de estar otra vez jugando dentro de una burbuja y demás", relata Lema.

¿Qué fue lo que terminó inclinando la balanza para aceptar la oferta del Tate? La posibilidad de no perder continuidad, de prepararse para la próxima temporada y una charla con Mauro Cosolito, el santafesino figura y capitán de Quimsa, surgido justamente en Unión.

"En esos momentos lo charlé mucho con Mauro Cosolito, que conoce a todos los chicos. Principalmente me decía 'vení que la vas a pasar bien', y esa referencia fue muy importante para que termine decidiendome por aceptar. Además yo estaba en La Pampa y no podía entrenarme al 100% por temas protocolares y las restricciones, entonces quería poder entrenarme bien, jugar y agarrar ritmo para lo que viniese después", confiesa Leo.

Un 2021 muy especial para Lema

Por supuesto que la incorporación de Lema al elenco de Juanfra Ponce fue un fuerte llamado de atención en la Liga Argentina. El Tatengue ya venía comandando la competencia como uno de los líderes de la Conferencia Norte, y un fichaje de su jerarquía significaba reafirmar su condición de candidato. Leo venía de surfear otra nueva Liga Nacional con Atenas de Córdoba, en un año donde tuvo que convertirse en el líder del equipo más ganador de la historia.

Debió acelerar su proceso madurativo, tomar un rol protagónico de un club con tanta historia. Demostró que tiene el talento y la capacidad para asumir ese papel, pero eso no implica que haya tenido que atravesar una fuerte transformación en el medio. Además, en la pasada 2020/21 ya no iba a compartir equipo con dos de sus compañeros y amigos, como Franco Baralle y Mateo Chiarini, que emigraron a Quimsa e Instituto respectivamente; y el cimbronazo que significó el fallecimiento de su entrenador Osvaldo Arduh horas antes del primer partido de la temporada fue otro golpe al mentón.

"En lo personal la temporada fue muy dura para mí. Fue dura desde el armado del equipo, el saber que no íbamos a contar con Franco y Mateo, ya que era donde por ahí nos apoyábamos entre nosotros y demás. Después, con lo que pasó con el Turco el día previo al primer partido... sin dudas que eso fue lo más duro del año. Ya en competencia los resultados no se nos daban y vivíamos con esa incertidumbre rara de si se jugaba o no el playout por la permanencia. Yo me terminé enterando que lo jugábamos cuando estaba con Instituto antes de jugar la Champions... así que en ese sentido fue un año duro y demasiado extraño", exterioriza con el corazón en la mano.

Claro que también brotaron situaciones valiosas para destacar, como su primer llamado a la Selección Argentina para las ventanas FIBA por ejemplo. En ese y otros puntos más es donde la balanza se inclina hacia el lado positivo, dándole valor a toda esa lucha. "Sé que también fue un año bueno en lo personal porque concreté el sueño de poder jugar y debutar con la selección mayor, también el llamado que tuve de Instituto para jugar la Champions y poder salvar a Atenas del descenso", explica el perimetral que promedia 8.1 puntos, 5.1 rebotes, 52.8% en dobles, 10.5 de valoración y 20 minutos en 10 partidos en el Tatengue.

El sueño del Tatengue

Los vientos de cambio sonríen hoy para un Leo Lema que, ya mentalizado en lo que sucederá en los próximos días en Buenos Aires con la final por el ascenso ante Villa Mitre, no se conforma con lo logrado hasta ahora y va por más.

"Cuando llegué acá y hablé con Juanfra, nunca me dijo que el objetivo principal era ascender. Obviamente que por el año que estaban teniendo esa era y sigue siendo la ilusión, pero bueno. Ahora ya estamos en el baile y hay que bailar. Sin dudas que queremos salir campeones y quedar en la historia de un club tan grande como es Unión", cerró el alero.

La última final que Leo jugó dentro de su aún muy joven carrera fue hace dos años, en el Sudamericano de Tunja, Colombia, con la selección U21. En aquel entonces no pudo conseguir el título (derrota ante Brasil), pero ahora la historia quiere ser diferente y Lema se anima a soñar junto a todo ese pueblo tatengue que aspira a escribir una página dorada en su rica leyenda.