Los detuvieron tras amenazar a sus rivales haciéndose pasar por "barras"

Iván Radicci y Pablo Ferrero pasaron 24 horas prófugos y fueron capturados luego de difundir una grabación con el pedido de disculpas.

Los jugadores del Club Bella Vista de Córdoba, Iván Radicci y Pablo Ferrero, quienes protagonizaron un video que se viralizó en las redes sociales y contenía violentas amenazas a hinchas rivales, fueron detenidos este mediodía.

La fiscalía a cargo de José Mana los había imputado por el delito de “amenaza y tenencia de armas de fuego”, y se encontraban prófugos.

Antes de ser capturados, trascendió que ambos tenían la intención de presentarse ante la Justicia en la tarde de hoy tras pasar 24 horas prófugos, ya que pesaba sobre ellos una orden de detención.

 

Previamente, junto a sus abogados, grabaron un video en el que aseguraron que todo se trató de una "broma interna que se fue de las manos".

La Liga Cordobesa de Fútbol, mientras tanto, tomó la determinación de suspender de por vida a Radicci y Ferrero en las competencias oficiales organizadas por la entidad.

Los acusados aseguraron que “no quisieron hacerle daño a nadie”, y señalaron que se pusieron a disposición de la Justicia a la espera de que su abogado les indique "los pasos a seguir".

Luego de la detención, María José López, secretaria del fiscal interviniente, aseguró a los medios que uno de los dos jóvenes posee antecedentes penales, pero no detalló de quién se trata. "Se los va a notificar de la detención y se les va a notificar el delito”, expresó.

 

Los jugadores, por su parte, se mostraron arrepentidos de lo acontecido y a través de un nuevo video expresaron sus disculpas: “Estoy con mi compañero Iván, yo soy Pablo. Estamos haciendo este video para pedir disculpas a la gente, para hacerles saber que no es como piensan”, dijo Ferrero.

El caso "explotó" en las redes sociales entre el domingo y el lunes último, cuando se difundió el primer video en el que ambos se mostraban encapuchados y con armas de fuego en la mano, enviando mensajes intimidatorios a sus rivales de ese fin de semana y a simpatizantes de otros equipos de la categoría.

En un primer momento se pensaba que eran barras del club que lleva el nombre de su barrio, Bella Vista, aunque la investigación determinó quiénes eran los responsables, que reconocieron su autoría y adujeron que se trató de “una broma interna”.