Señales de que sos víctima de manipulación silenciosa

Cómo reconocer y actuar ante el abuso emocional

Ver un problema en las relaciones de pareja no siempre es fácil, tal como ocurre con la manipulación silenciosa, un tipo de abuso emocional que se ha vuelto popular por su curioso nombre: gaslighting.

El término se usa para referirse a un patrón de abuso emocional donde sos manipulado para llegar a dudar de tu percepción, juicio o memoria, basándose en la obra de Patrick Hamilton, Gas Light, que posteriormente llegó al cine. La historia habla de un hombre que manipula a su mujer hasta creer que “está loca” y robar su fortuna. Según especialistas, se trata de una forma sutil de manipulación, muchas veces poco evidente, a través de practicas “inofensivas”, pero con una gran carga de toxicidad.

Quienes la ejercen te llevan a pensar que tus recuerdos y experiencias no existieron o no como los recordás. Mienten y niegan cosas que dijeron o hicieron, para que creas que te equivocás, además de minimizar tus sentimientos. El resultado: provocarte inseguridad e incertidumbre por no poder identificar qué es verdad y qué mentira, dañando tu confianza y el sentido de realidad.

Este abuso emocional causa daños a quien lo sufre y puede darse en diferentes ámbitos. Cuando alguien te dice constantemente que las cosas no son como vos creés, terminás por creerlo, de ahí los diferentes efectos psicológicos a mediano y largo plazo, incluso llegando a asumir que no sos capaz de tomar decisiones por vos mismo.

Entre las consecuencias, se encuentran el dudar sobre tu memoria, no confiar en tu capacidad para razonar o tomar decisiones, buscando apoyo del manipulador; llegar a dudar sobre tu salud mental y ver reducida tu autoestima.

Quien ejerce gaslighting, lo hace con el objetivo de controlarte. Se trata de personas que saben observar y creen tener derecho de controlar a otros. En algunos casos, tienen trastornos de personalidad, como el narcisista.

Esta manipulación no ocurre de un día para otro, por eso no siempre es fácil de identificar. Se da de a poco, haciéndote empezar a desconfiar de vos mismo, lo cual te lleva a intentar defenderte hasta llegar a la desesperación por conseguir aprobación y, finalmente, perder tu autoestima y autonomía, dudando y temiendo cometer un error.

No siempre se presenta de la misma forma, pues pueden usar diferentes técnicas, desde ignorar o asegurar no entender a lo que te referís, hacerte dudar, negar las cosas, hasta tacharte de exagerado. Sin embargo, algunas señales pueden ayudarte:

– Solés sentirte confundido y te cuestionás sobre tus decisiones o ideas

– Te cuesta tomar decisiones, incluso aquellas sencillas

– Sentís que todo lo que hacés está mal y cuando algo sale mal, te culpés

– Le preguntaste a alguien más si cree que sos exagerado o muy sensible

– Estás más retraído o asocial, no te sentís vos mismo, incluso te lo han dicho tus conocidos

– Te disculpás constantemente con tu abusador, incluso defendés su comportamiento

– Te cuestionás si la forma como le respondés a tu pareja o te relacionas con esa persona, fue adecuada

– Les mentís a tu familia y amigos para no dar explicaciones o evitar confrontaciones

– Te sentís poco valioso, incompetente y sin esperanzas

Reconocer que sos víctima de manipulación y abuso emocional, es el primer paso, el siguiente es buscar apoyo. Un terapeuta te ayudará a comprender la realidad y manejar tus dudas y ansiedad. Ignorá la idea de que nadie te va a creer o te dirán exagerado, es sólo parte de la manipulación.

Recopilá evidencia, por ejemplo, llevando un diario para anotar los eventos, fecha, hora y detalles. También podés tomar fotos o hacer notas de voz. Sin embargo, lo más importante siempre será salir de ese lugar.