Uno podría pensar que después de ganar tantos partidos y tantos campeonatos en pocos años puede perderle el gustito a levantar trofeos, a competir por lo máximo. Pero no, como si se acostumbrase a que no hay otra posibilidad más que el ser el mejor. Nicolás Aguirre es el claro ejemplo de que eso es incorrecto, de que el hambre de gloria es insaciable, sin importar cuantas veces termines un campeonato con las redes colgando del cuello.

El base santiagueño, luego de conseguir las últimas seis ligas nacionales (2014/15 con Quimsa, y las siguientes cinco de forma consecutiva con San Lorenzo), se unió a las filas de Regatas Corrientes, donde aspira a seguir escribiendo páginas de historia en el básquet argentino.

“Es un desafío nuevo, en un lugar nuevo. Es la primera vez que me toca estar aquí, en un nuevo club grande, donde las aspiraciones son muy buenas y altas. Es comenzar en otro lugar, de cero, y me gusta. Uno siempre tiene las ganas y el deseo de ganar. Tengo que pensar en seguir haciendo las cosas lo mejor posible, seguir en un equipo donde pueda pelear arriba”, explica el jugador, previo a uno de los últimos entrenamientos de cara al viaje a Córdoba, donde disputarán la primera parte del Súper 20 con la Conferencia Norte.

“Me seducía poder venir a un club que es uno de los más grandes de la Liga, y que todos los años se arma para competir”, expresa, y añade que se trata de una nueva oportunidad para él y para el equipo, donde van intentar comenzar con el pie derecho para encaminarse a llevar a Regatas a lo más alto.

Sin embargo, la despedida del la institución donde “pasé los mejores de mi vida” no fue sencilla. “Mi idea era quedarme en San Lorenzo, pero el club no estaba en las mejores condiciones. Lo tomé con calma, en algún momento iba a llegar. Hubo una predisposición muy buena de los dirigentes de San Lorenzo, me llamaron y querían hacer todo para que siga, pero el club tiene muchos problemas, así que decidí irme de la mejor manera, poder cerrar un ciclo como lo hemos terminado, consagrándonos, y dejar una puerta abierta para quizás en un futuro poder volver. Estoy muy agradecido”, cuenta.

- ¿Tenías alguna referencia de Regatas?

- Corrientes es una ciudad que vive mucho el básquet. Tengo muchos amigos acá y otros que han estado antes, y todos me hablaron siempre muy bien. Además, es un club que siempre está ahí arriba peleando por llegar a lo más alto, y este año creo que hemos armado un muy buen plantel, con buenos jugadores, y las aspiraciones son altas, creo que eso fue lo que me sedujo para elegir Regatas.

- ¿Regatas pasa a ser candidato con la llegada del Penka Aguirre? 

- Armamos un gran plantel con buenos jugadores. Nos falta conformarnos como equipo, pero creo que vamos a dar pelea con todos, y eso es lo más importante. Saber a lo que jugamos, terminar de conocernos para dar lo mejor en cada partido e ir yendo paso a paso. Más o menos vi las plantillas de los otros clubes, pero siempre me preocupo por el equipo donde estoy, en tratar de hacer las cosas de la mejor manera posible.

- ¿Habías tenido la oportunidad de hablar con Gabriel Piccato y con Paolo Quinteros?

- Con Piccato hablé antes de venir, cuando estaba por arreglar. Él me comentó las aspiraciones del equipo, cómo se iba a conformar el equipo, y que estaba contento con mi llegada, y yo feliz porque me eligió para estar acá. Por otro lado, todos sabemos lo que es Paolo para el club y para la Liga, la experiencia que tiene y todo lo que nos ha dado. Estoy contento de poder jugar con él, y haber decidido venir acá. Ojalá este año podamos dar todo y pelear hasta el final.

El “Señor de los Anillos” vuelve a tener un desafío enfrente: liderar a un equipo nuevo con historia a un campeonato. Y que no haya dudas, porque el hambre de gloria sigue intacto.