Con un ajuste, Rousseff enfría la economía para contener la inflación
El ministro de Hacienda, Guido Mantega, dijo que los "fuertes" recortes retirarían estímulos al consumo del Gobierno tras la crisis financiera del 2008-2009, pero que no afectarían el crecimiento en la mayor economía de Latinoamérica.
El esquema estrella de infraestructura del Gobierno y sus programas sociales no se verán afectados por los recortes presupuestarios, que deberían permitir que Brasil reduzca su déficit presupuestario y alivie la presión sobre el Banco Central para que suba la tasa de interés, dijo Mantega.
La presidente Dilma Rousseff, que heredó un desorden fiscal causado por un fuerte gasto público el año pasado, necesitaba realizar el ajuste para demostrar que puede restaurar la menguante credibilidad fiscal de Brasil y extender su largo período de estabilidad económica.
El ahorro de 50.000 millones de reales es equivalente a un 1,25 por ciento de la proyección del Congreso para el producto interno bruto (PIB) del 2011. Ese monto fue visto como el mínimo necesario para cumplir la
meta de superávit presupuestario primario del 2011, de 117.900 millones de reales
En enero, Brasil dio cuenta de un índice precios de 0,83%, mucho mayor al esperado y la tasa mensual más alta de los últimos seis años. El objetivo de alza de precios de 4,5% para todo 2011 ya fue modificado tres veces.