Benjamín Vicuña reflexionó sobre el duelo por la muerte de su hija
Blanca, fruto de su amor con Pampita, falleció el 8 de septiembre de 2012 como consecuencia de una neumonía hemorrágica.
Pasaron nueve años desde que Blanca, la primera hija de Pampita y Benjamín Vicuña murió en Chile, luego de permanecer varios días internada por una infección bacteriana que desencadenó una neumonía hemorrágica. Su fallecimiento fue el golpe más duro que la modelo y el actor debieron enfrentar. Sin embargo, los dos se enfocaron en salir adelante, aunque no fue una tarea fácil.
A principios de 2020, cuando irrumpió la pandemia de Covid-19, el galán decidió hacer un descargo en sus redes tomando como referencia su experiencia familiar. "Hoy el mundo entero está luchando contra un virus del que sabemos poco, pero nos dicen que la principal arma para frenarlo es QUEDARNOS EN CASA. Sinceramente es algo difícil para todos, pero no se compara a la impotencia de no poder salvar a los que amas, a perder a un ser querido", planteó en su cuenta de Instagram.
"El 8 de septiembre de 2012 mi hija Blanca muere tras batallar contra una bacteria desconocida. Nadie me preguntó nada, nadie pudo hacer nada. Mi peor enemigo no tenía identidad. No se pudo prever ni acusar a nadie. 'Está en el aire, es el destino, la vida'. Todos daríamos nuestra vida por un hijo. Obviamente pasaría mi vida entera en cuarentena si eso hubiese cambiado algo hace casi 8 años", agregó.
A un año y medio de aquella reflexión, en una entrevista con Planeta Urbano contó el caso de su hija hizo que atravesara el contexto sanitario actual sin estar paranoico con su salud. "Por lo que le pasó a Blanca, si yo estuviera pensando todo el tiempo en eso directamente no podría respirar, desconfiaría del aire, y si no respiro, muero", señaló.
Y reveló cómo hizo para aprender a convivir con una pérdida tan grande y sorpresiva. "Aprendí a soltar, a confiar en la vida. Me amigué con Dios, porque me había peleado mucho. Me amigué, lo entendí y hasta lo perdoné", reveló y agregó: "Se puede. Tengo muchas cosas por las que seguir celebrando esta vida".
Meses atrás, Benjamín decidió hacerse un tatuaje en honor a la nena, que consiste en el dibujo de unas montañas, que representan la cordillera de los Andes, que dividen a su país natal de la Argentina, una rosa y signos propios de una brújula. "Estuvimos trabajando sobre un diseño que representa un momento en su vida muy significativo e importante que tiene que ver con los afectos. Vemos referencias, propuestas y se prepara el diseño. Una vez aprobado el diseño, se tatúa en la piel”, explicó el tatuador, Matías Bustaman, en diálogo con Gente.