El 29 de octubre de 2019, Lautaro Saucedo de 17 años murió producto de un disparo en la espalda luego de que intentara asaltar a una mujer en barrio Guadalupe.

En ese entonces, el menor desistió del robo porque la víctima se resistió. Sin embargo, todo el episodio fue visto por un policía que estaba de civil, cumpliendo funciones de custodio en un negocio. Este lo persiguió y disparó.

El autor del disparo, Francisco Aldo Olivares, fue acusado por homicidio agravado por el uso de arma de fuego, por alevosía y por ser perpetrado por un integrante de las fuerzas de seguridad en abuso de sus funciones.

Este 23 de febrero de 2022, Olivares firmó un acuerdo de procedimiento abreviado y aceptó la pena de 20 años de cárcel.

El acuerdo contó con el aval de la familia de la víctima, representada por los abogados particulares Martín Risso Patrón y Carolina Walker Torres. Incluso Walter Saucedo, papá de Lautaro, manifestó ante los jueces su conformidad de cerrar la causa sin ir a juicio oral para “poder ponerle un fin a esta etapa”.

Del mismo modo, Olivares también manifestó su intención de renunciar a un juicio oral y público y ser condenado a 20 años de prisión como autor del homicidio. 

Previamente, debieron llevar a cabo la recalificación de los delitos atribuidos a Olivares, ya que no prosperaron los agravantes de alevosía y de abuso en la función policial.

Los detalles del hecho

Todo esto quedó registrado en una cámara de videovigilancia de un domicilio cercano, en calle Risso al 2.200, que sirvió de elemento probatorio para determinar cómo sucedieron los hechos que la justicia investigaba como un presunto caso de gatillo fácil.

En la audiencia imputativa que se celebró días después del crimen, los fiscales Hernández y Torres hicieron una reconstrucción de los hechos y establecieron que el homicidio de Saucedo fue cometido alrededor de las 10:30 del martes en inmediaciones de calle Ignacio Risso al 2.200. El imputado usó su arma de fuego reglamentaria calibre 9 milímetros, con la que disparó una vez e impactó en la zona lumbar del adolescente.

"El hombre investigado tomó posición de disparo y apuntó al lugar en el que estaba Saucedo, quien se dirigía hacia el este por la vereda norte de calle Risso. El imputado estaba en el lugar brindando un servicio informal de custodia, y su accionar fue abusando de sus funciones y con alevosía, ya que Saucedo estaba de espaldas y a unos 50 metros de distancia aproximadamente”, insistieron.

Por otra parte, Hernández y Torres subrayaron que “antes de disparar, el hombre investigado no se identificó como personal policial ni tampoco dio la voz de ‘alto’. En consecuencia, concluyeron que “actuó sobre seguro, en forma arbitraria y violando los deberes propios de su función de miembro integrante de una fuerza de seguridad”.

Pero además, los funcionarios del MPA hicieron un relato de lo sucedido previamente al disparo del policía de civil completamente distinto del que se viene sosteniendo hasta ahora: “El joven fallecido no cometió el robo. Si bien comenzó a desplegar su accionar tendiente a desapoderar de una bolsa que tenía una mujer que caminaba por el lugar, él mismo desistió de cometer el ilícito ante la resistencia de la señora. Más aún, cuando se estaba yendo, la mujer lo llamó y le dio dinero”.

Para la Fiscalía, Lautaro Saucedo intentó asaltar pero no lo consiguió, y hasta su propia víctima se solidarizó con él.