Condenaron a un hombre por violar a su hija durante más de una década
El tribunal oral creyó en el relato de la víctima, quien describió situaciones dramáticas que padeció entre los siete y los 21 años de edad y que estallaron cuando decidió irse de vacaciones con su novio.
Un tribunal oral condenó a 15 años de prisión a un padre acusado de haber violado durante más de una década a su propia hija, de haberla dejado embarazada y de haberla amenazado de muerte con un cuchillo cuando la joven, ya mayor de edad, se fue de vacaciones con su novio. El condenado, actualmente detenido en el Complejo Penitenciario Federal de Ezeiza, negó durante el juicio todos los cargos y aseguró que jamás tuvo relaciones sexuales con su hija.
El Tribunal Oral 24 dictó la condena contra el acusado (cuya identidad permanecerá en reserva para preservar a la víctima), de 68 años de edad, por “haber sometido sexualmente a su hija (hoy de 25 años de edad) en forma reiterada, desde que tenía alrededor de siete años y hasta sus veintiún años”.
El fallo describe prácticas sexuales que fueron denunciadas por la joven después de un traumático episodio en 2019, cuando –según su relato- cesaron los abusos. Según contó la joven, en su adolescencia, después de las violaciones el hombre “la llevaba al colegio junto a su hermanito, como si nada hubiera pasado”.
La víctima contó que “desde que tuvo doce o trece años, el acusado le hablaba de su virginidad”, por lo que explicó que “le repugnaba la idea de tener su primera relación sexual (penetración) con su padre” y así, “a los 16 conoció a un chico, y tuvo relaciones sexuales con él, únicamente por este motivo, aunque sin deseo, para sacarse algo de peso de encima”.
“En tres ocasiones le entregó la pastilla del día después, y le indicó que la debía tomar. En una ocasión, quedó embarazada, producto de los abusos sexuales, perdiendo la gestación espontáneamente. En adelante, la adolescente concurrió a una consulta ginecológica y comenzó a ingerir pastillas anticonceptivas”, describe el fallo.
Cuando la joven, a los 22 años, le comunicó a la familia que se iba a ir de vacaciones a la Costa Atlántica con su novio, según su relato, el padre enfureció. “Le dijo que era una rata, que se iba por una p…, que era una p…, una trola, una vividora, y que abandonaba a su familia, todo ello en presencia de su madre y su hermano”, sostuvo la acusación.
La joven realizó el viaje, pero su familia la atosigaba con llamados a su celular y al de su novio, y fue entonces que su versión de los hechos históricos salió a la luz. “Yo lloraba y mi novio me pedía el teléfono y me exigió que le dijera lo que estaba pasando y le conté, fue a la primera persona que se lo pude contar. El me miró y yo le dije que, si sentía asco, o que le repugno, que no siga conmigo”, recordó la víctima al declarar en el juicio.
El padre negó rotundamente las acusaciones: “Jamás he abusado de mi hija, primero porque me dediqué a trabajar, siempre estaba en casa, tarde y noche. Jamás bañé a mis hijos, yo me iba a las 6.30 horas y volvía a las 20.30 horas, salía a hacer las compras, yo era comisionista de la carne”. “No sé lo que le pasó a mi hija. Yo tengo amor carnal con mi mujer. Con mis hijos es de padre”, aseguró.
Además, repasó su historia personal y reveló: “Yo fui custodio de (Fernando) De la Rúa, de (Carlos) Grosso, de (Julio César) Saguier y jamás tuve un problema. Fui custodio de (el brigadier Osvaldo) Cacciatore y jamás tuve un problema”. El imputado se refirió a tres intendentes porteños durante la democracia y uno durante la dictadura, para los que dice haber trabajado.
El tribunal, con las firmas de los jueces Marcelo Alvero, Maximiliano Dialeva Balmaceda y Javier de la Fuente, dispuso la condena –que ya se está cumpliendo- por los delitos de “abuso sexual con acceso carnal reiterado, agravado por haber sido cometido por un ascendiente y contra una menor de 18 años, aprovechando la situación de convivencia preexistente, promoción de la corrupción de menores agravada por haber mediado violencia, intimidación, abuso de autoridad, de la edad de la víctima, convivencia y vínculo de parentesco”. Además, también lo condenó por “amenazas agravadas por el uso de un arma blanca, amenazas coactivas y amenazas simples”.