Rivadavia tuvo un gran primer cuarto en el Otrino, con mucha fluidez ofensiva y una tremenda eficacia tras el arco (6/13 en triples), donde Arancibia (11) y Cravero (12) sobresalieron ante un Colón que no hizo pie, sufrió mucho y se fue abajo 30-14.

En el amanecer del segundo cuarto, con un Arancibia en llamas (14 con 4/4 en triples), la visita llegó a sacar 25. Colón no defendió bien, dio ventajas en el balance y pareció perdido en el rectángulo. El artillero visitante salió por lesión pero no pareció sentirlo el equipo.

En el regreso de Zulberti a la pista, el Sabalero lo aprovechó y el capitán ganó su duelo ante Jerez o Trejo para acortar a 18 el margen. Claro que Madera con una bomba sobre la chicharra le puso el moño a un gran primer tiempo de los cuyanos (9/20 en triples) que se fueron en ganancia por 49 a 28 en el Roque Otrino.

Con otra actitud arrancó Colón el tercero, pudo correr y con Ludueña primero y después un par de tiros abiertos recortó la desventaja a siete (60-53). A Rivadavia le costaba anotar, tomó malos tiros y dependió de Madera. Ese buen momento se aplacó por la misma receta: los triples.

Uno en especial de Sampaulise volvió a estirar la ventaja, que finalmente con un libre de Ríos quedó en 67-55 para los mendocinos. De todos modos, esa esperanza renació para los rojinegros de poder luchar por torcer la historia.

El último cuarto comenzó con mucha dinámica, Colón buscando recortar pero muchas veces abusando del balón en las manos de los perimetrales que terminaban tomando malas resoluciones. Por eso a los 3’, Siemienczuk lo frenó (72-60 abajo). En el regreso, a pesar de los arrestos de Ríos (10), una bomba de Sampaulise a los 6’ obligó a otro tiempo muerto local (80-66).

Y en esos minutos finales fue Pablo Bandeo el que apareció con dos conversiones oportunas para cortar la racha de cinco reveses y desatar el festejo cuyano, que se afirma en la 11° posición del Norte.