"El asesinato de 'Pájaro' Cantero marcó un antes y un después en Rosario"
Nueve años después de aquel 26 de mayo de 2013, las calles rosarinas siguen sufriendo los coletazos del líder de la banda de Los Monos
Nueve años después del asesinato del líder de los Monos, Leo Graciarena, periodista rosarino, conversó al respecto con LT10 y aseguró que el crimen de Cantero salpicó el hampa de la criminalidad de toda la provincia.
Ya transcurrieron nueve años de un asesinato que sacudió los cimientos del mundo del hampa local. Un crimen que no termina de sorprender. Que nunca pierde su esencia. Que sacó del juego al líder de una banda y signó el futuro de una década que salpicó con sangre las calles de la ciudad haciendo estallar las estadísticas de crímenes en 2013 hasta la fría suma de 271 víctimas en el año más violento de la historia rosarina. Un crimen que modificó el orden establecido entre el hampa. Que en lugar de acotar el número de transeros en las calles los multiplicó. Un asesinato que puso entre la espada y la pared a una clase política que intentó gambetear un problema en el que terminó absorbida. Esta es la historia de un crimen que no debió ser: el asesinato de Claudio “Pájaro” Cantero, líder de la banda de Los Monos, cometido la madrugada del domingo 26 de mayo de 2013 a las puertas de la disco Infinity Night de Villa Gobernador Gálvez.
“Este crimen quedó impune porque se investigo mal ex profeso. No se lo quiso investigar como se debía. Un ejemplo es que en Tribunales no se le tomó declaración a uno de los sobrevivientes del ataque en el que murió Cantero, Lisandro Mena, a quien asesinaron siete meses más tarde, la Navidad de 2013”, explicó un fiscal que participó de la causa. Pájaro tenia 29 años y era padre de tres hijos muy pequeños. “Los grandes crímenes de esa época, como el de Martín “Fantasma” Paz (en septiembre 2012), el del Pájaro o el de Luis Medina (en diciembre de 2013) no se investigaron porque no hubo una decisión política para ello. Y así le fue a la política con esa decisión”, explicó el funcionario judicial.
A las 5.45 del domingo 26, el Pajaro estacionó su Peugeot RCZ color gris plomo sobre la vereda, a metros del bailable Infinity Night, el boliche de Diego “Tarta” Demarre. Un local ubicado en colectora de Circunvalación al 1600 entre, entre Filippini y San Martín de Villa Gobernador Gálvez. Junto al Pájaro iban tres muchachos, uno de ellos conocido como “El tano”. El cuarteto había pasado por la estación de servicios de Moreno y Arijón y por el VIP del boliche Yumper, donde Pájaro jugaba de local. El boliche del Tarta ardía de gente. Pájaro se quedó en la vereda tomando whisky hasta que decidió ir a orinar. Caminó unos metros y cuando se posicionó frente al portón de chapa de una fábrica de remolques comenzaron a escucharse detonaciones que provenían de un Ford EcoSport oscuro. Fue lo último que escuchó el Pájaro en su vida.
Néstor Marchetti, por entonces director del Hospital de Emergencias, explicó que Cantero “ingresó a las 6.08 al centro de salud. Llegó sin vida y con heridas de bala en todo el cuerpo”. Agregó que “a las 6.45 se determinó su deceso y que presentaba cinco perforaciones de proyectiles de un arma calibre 9 milímetros que le ingresaron por la nariz, la oreja, el pómulo, el hombro derecho y la zona inguinal”.
Era el 26 de mayo de 2013 y con su muerte comenzaba la guerra más feroz e inédita de las calles de Rosario. En las estadísticas de homicidios el asesinato de Cantero fue el número 97 del año que terminó en una bestial carnicería: fue el año del récord en cantidad de homicidios dolosos en la región. A tal punto que en la semana posterior al asesinato del Pájaro, hubo cuatro muertes en venganza con atentados a tiros en zonas residenciales no periféricas. Entre las víctimas de esa venganza estuvo el Tarta Demarre, a quien los allegados al líder de Los Monos acusaron de haber entregado al jefe para que lo mataran.
A partir de entones todo se precipitó. El núcleo duro de Los Monos fue a parar a la cárcel y se lo juzgó. El gobierno de Antonio Bonfatti aceleró la creación de la Policía de Investigaciones (PDI, hoy Agencia de Investigación Criminal - AIC) y la implementación del nuevo sistema procesal penal acusatorio, dejando atrás el modo escrito e inquisitorio.
Audio: Leo Graciarena, periodista rosarino, por LT10
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