Un tribunal oral resolverá el futuro judicial inmediato de Pity Álvarez
Determinará si está en condiciones de afrontar un juicio oral acusado de homicidio o si debe continuar con un tratamiento psiquiátrico para profundizar su mejoría y luego comparecer en un debate.
La situación judicial del ex cantante de la banda Viejas Locas, Christian “Pity” Álvarez, se resolverá el próximo 22 de junio, cuando el Tribunal Oral número 29 decidirá si está en condiciones de afrontar un juicio oral acusado por homicidio o deberá profundizar su tratamiento psiquiátrico porque aún no está en condiciones de ser juzgado.
Los jueces Hugo Navarro, Juan María Ramos Padilla y Gustavo Goerner; el fiscal Sandro Abraldes, peritos del Cuerpo Médico Forense y de parte y el propio Álvarez tuvieron en las últimas horas una audiencia de evaluación sobre el estado de salud del músico.
En esa instancia, surgieron dos posturas: una, sostenida por los peritos oficiales, que indica que está en condiciones de afrontar un juicio, y otra que reconoce una mejoría en su cuadro psiquiátrico pero insuficiente aún para garantizar su derecho de defensa en un debate oral. No obstante, ambas posturas coinciden en que Álvarez debe permanecer en un régimen de eventual detención domiciliaria, al cuidado de su madre y una hermana.
Álvarez está acusado por el crimen de Cristian Díaz, un vecino del barrio porteño de Villa Lugano al que ultimó de cuatro disparos en el marco de una supuesta disputa por drogas en julio de 2018.
El músico fue procesado por el delito de "homicidio agravado por el uso de arma de fuego" pero cuando estaba próximo el juicio oral una junta médica determinó que no estaba en condiciones de afrontarlo. Entonces fue sometido a la tutela de un juez civil y a un tratamiento psiquiátrico para recomponer su estado.
Semanas atrás, Álvarez fue visto ofreciendo un improvisado concierto callejero, lo que llevó al Tribunal Oral número 29 a revisar su situación. Durante el tiempo que permaneció detenido, Álvarez sufrió una notoria desmejoría en su estado físico y mental, al punto tal que llegó a engordar unos 30 kilos y se sumió en una virtual situación de abandono personal.
Los informes médicos muestran una mejoría desde que fue excarcelado e incluso aseguran que desde hace cuatro años no consume drogas. No obstante persisten las dudas sobre si, en su actual estado, podría ser peligroso para sí o para terceros.