Un estudio de la Universidad de California da las claves para ser feliz
Una investigación sostiene que se puede aprender a ser feliz si se activan algunos recursos psicológicos. A continuación te contamos cuales son.
Investigadores de la Universidad de California en Berkeley realizaron un estudio que busca analizar como potenciar el bienestar personal. Según pudieron comprobar, se puede ser un poco más feliz si se aprende a disfrutar las experiencias positivas y vivenciarlas de una manera consciente. Esto permite desarrollar un mayor sentido de resiliencia y autoestima.
El método que proponen se llama neuroplasticidad autodirigida, un término acuñado por Rick Hanson, psicólogo, miembro principal del Greater Good Science Center de UC Berkeley y autor del libro Hardwiring Happiness.
La neuroplasticidad autodirigida se manifiesta cuando una persona reconecta intencionalmente su cerebro para crear hábitos positivos. Para hacerlo, es necesario practicar la reflexión activa.
Para esto, es necesario tener en cuenta 4 cuestiones
1) Vivenciar experiencias agradables: Consiste en atravesar efectivamente la experiencia o evocarla mentalmente, como pensar en alguien que se preocupa por uno.
2) Enriquecer la experiencia: Para que la vivencia sea más enriquecedora hay que seguir los siguientes pasos:
Hacer que la experiencia sea lo más duradera posible, esto implica mantenerla activa en la conciencia una vez que haya concluido
Intensificar la experiencia a través de la "regulación ascendente" de la emociones o reviviendo las partes que nos hacen sentir bien
Re significar la experiencia y hacerla novedosa al incluir un pensamiento nuevo
3) Absorber las experiencias: Esforzarse de manera voluntaria para internalizar la experiencia positiva Dirigir la atención hacia el estado emocional personal y tomar conciencia de él Destacar el valor de la recompensa de la experiencia.
4) Vincular los aspectos positivos y negativos: Es necesario concentrarse en el aspecto positivo de las situaciones, aunque también estén presentes los aspectos más negativos. Esto abarca una gran lista: desde dificultades en el trabajo, una separación amorosa o la pérdida de un familiar o amigo cercano.
La investigación se hizo mediante pruebas empíricas sobre una población de 46 personas adultas de aproximadamente 55 años. De estos sujetos, el 84% eran mujeres.
Los voluntarios participaron de un curso de dos meses de duración, el método consistió en una evaluación previa y posterior del efecto del curso a través de 21 conceptos de autoinforme, comparando el grupo de tratamiento con un grupo de tratamiento de control en lista de espera.