Grabois amaga con romper con el Frente de Todos: “Es una decepción tremenda”

El dirigente social encabezará una asamblea con trabajadores de la economía informal para definir un plan de lucha junto a Eduardo Belliboni, del Polo Obrero.

La relación de Juan Grabois con el Frente de Todos parecería transitar su peor momento. O al menos así lo dejó entender el líder referente del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) y de la Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular (UTEP). “No sé qué hago en el frente, estoy a punto de irme”, apuntó y dijo que “es una decepción tremenda”.

Ya no quiero hablar más con nadie que no tome una medida a favor del pueblo. Me la pasé hablando dos años y medio. Yo no voy a traicionar a nuestra gente, la voy a defender. Hoy el Gobierno no está defendiendo los intereses de los nuestros”, apuntó. “Hicieron ese acuerdo chotísimo con el FMI y ¿ahora se lo quieren hacer pagar a los pobres? Conmigo no cuenten”, añadió.

En un raid por diversos medios televisivos, el dirigente social cercano a Cristina Fernández de Kirchner trató de “mal presidente” al presidente Alberto Fernández y dijo que la vicepresidente “eligió mal”. “El gobierno le está poniendo una alfombra roja a Patricia Bullrich, Mauricio Macri y Horacio Rodríguez Larreta para que lleguen a la Casa Rosada”, manifestó en relación a las Elecciones de 2023.

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LAS RESPONSABILIDADES EN EL FDT

En ese sentido, Grabois apuntó contra el perfil “porteño” del oficialismo: “El presidente está en un termo con sus cinco amigos de la Capital Federal”. Además, cargó contra la vocera presidencial, Gabriela Cerruti, que descartó la implementación del Salario Básico Universal, medida impulsada por las organizaciones sociales y gremiales oficialistas, que pretenden adjudicar un ingreso mensual de $14 mil destinado a cerca de 9 millones de personas de sectores sociales vulnerables.

“Cerruti no sabe si Jujuy queda en Argentina o en otro país porque no salió de la General Paz, no conoce nada que no quede por Palermo Hollywood, es gente que no tiene sensibilidad”, criticó y anticipó: “Me dio bronca que no entiendan que la gente la está pasando muy mal y que el problema no es la pelea de políticos. No entienden el nivel de crisis social que existe en Argentina, y no lo entienden porque el pueblo se la viene fumando, se la viene buscando, pero esto no va a durar mucho”.

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Sobre las culpas de la coalición gobernante, analizó que el Frente de Todos “es un proyecto fallido de todo el conjunto. Está Cristina, Sergio Massa y nosotros también. Creo que hay responsabilidades compartidas pero diferenciadas, el Poder Ejecutivo tiene una responsabilidad superior”. Además, aseguró que “lo que tensionó a la coalición fue el acuerdo con el FMI, el problema más grave que heredó de la gestión de Macri y que se resolvió mal, sumada a una gestión pésima del comercio exterior”.

El líder piquetero, por otro lado, defendió la figura de Cristina Kirchner, que esta semana afrontará la instancia final del juicio oral y público en la que está acusada de ser jefa de una asociación ilícita que defraudó al Estado y una serie de fraudes en la obra pública. “Cristina es honesta. No robó”, dijo.

DE GUZMÁN A BATAKIS

Sobre el saliente ministro Martín Guzmán, cuya gestión al frente del Ministerio de Economía fue uno de los grandes puntos de tensión en el oficialismo, “Era rubio, alto y de ojos celestes, nosotros planteamos que no tenía calle ni formación política. Es un tipo que se formó en Columbia, con el establishment internacional, con el ala progresista del Fondo”, sostuvo. Sin embargo, dijo que “no quería que se vaya” e hizo una salvedad: “Para mí es un tipo personalmente íntegro, pero jorobó a la Argentina más que algunos corruptos por su matriz ideológica”.

Sobre la asunción de Silvina Batakis al Palacio de Hacienda, volvió a renovar desaprobaciones: “Parecía que iba a ser una política más distributiva, y terminó siendo una reafirmación de la ortodoxia, que en la Argentina nunca resolvió ningún problema”. Y amplió: “Me refiero a la subordinación del FMI, a la necesidad de transmitir calma a los mercados y no al pueblo o repetir frases de la más absoluta obviedad como que ‘el equilibrio fiscal es positivo’, en lugar de hacer mención a la gente”.