En el Imusa I de Obispo Gelabert 3691, la Municipalidad instaló un biodigestor. Se trata de un dispositivo que convierte materia orgánica en biogás y permite aprovechar el proceso como fuente de energía renovable. Así, se transforman los residuos orgánicos como café, yerba y heces de animales, disminuyendo la emisión de gases de efecto invernadero y la contaminación de la vía pública. Estos desechos sirven para obtener dos recursos: energía renovable y abono para la tierra, ya que los efluentes que surgen de estos procesos pueden utilizarse como fertilizante natural debido a que son ricos en nutrientes para las plantas. Por otro lado, el proceso evita los efectos nocivos de los residuos animales, que resultan contaminantes para el planeta.
La iniciativa, puesta en marcha por la secretaría de Ambiente y Cambio Climático municipal, tiene como objetivo aportar a la gestión de residuos especiales en la capital de la provincia, ya que se aprovechan las heces caninas para la obtención de biogás. Del mismo modo, sirve para fortalecer lazos tanto con las asociaciones como con los voluntarios que se dedican al rescate, tránsito y adopción de animales de compañía. El secretario de Ambiente del municipio, Franco Ponce de León, señaló que “la energía obtenida a partir del trabajo del biodigestor se utiliza para calefaccionar el edificio del Imusa, una acción fundamental en épocas de bajas temperaturas, para los animales de compañía que se encuentran alojados en los caniles y para las personas que allí trabajan”. Igualmente, subrayó la importancia de “crear conciencia sobre la necesidad de utilizar este tipo de residuos que usualmente desechamos para transformarlos en energía”.
Cómo colaborar Vecinas y vecinos de la ciudad podrán acercar sus residuos orgánicos y colocarlos sin bolsa en el cesto que se encuentra en el Imusa I, de lunes a jueves de 8 a 17.
Los desechos que pueden introducirse en el biodigestor son restos de café, yerba, restos de comida sin huesos, cáscara de frutas y verduras, lácteos, alimentos en mal estado, azúcares y dulces, pan, pastas, harinas, granos y heces de animales. En tanto, no se aceptan huesos, plásticos, bolsas, latas, papeles, cartones, tierra, vidrios, metales, cerámicas y residuos que contengan químicos (lavandina, líquidos de limpieza) o antibióticos. |